Principio de la convivencia.

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Era incómodo para los hermanos tener a Lucifer tan suelto, disfrutando de su comida frente a ellos en aquella pequeña mesa de restaurante. Lo que no parecía molestar a Castiel, más concentrado en Jack que en el arcángel.

- Se supone que no serias parte de esta conversación. – Dijo Dean, llamando la atención de Lucifer.

El rubio aparto los aderezos que estaba colocándole a su hamburguesa y levantó una ceja.

- ¿Para qué te lleves a la Babysitter? – Señalo a Castiel. – Sueña, ardilla. – Y prosiguió a comer.

Dean le hizo una mueca de burla, dando por hecho que Satán no saldría de allí sin Cas y Jack.

- En fin, Cas... - Habló Sam. – Tenemos claro que el bebé se queda. – Tranquilizó al ángel antes de que la duda surgiera. – Pero, ¿Vas a dejar que este sujeto lo crie?

- Lucifer, Satán, Luci, Arcángel más genial, Playboy... ¿Tantas formas de llamarme y eliges "este sujeto", Sammy? – Reclamó el rubio, indignado. – Después de tantos años de amistad, me ofendes.

- ¿Puedes callar al loro parlante a tu lado, Cas? – Suplicó Dean.

A todo esto, mientras los tres discutían desde que llegaron allí y en el camino también, Castiel no había emitido palabra, más preocupado por las necesidades del bebé que por si se mataban entre ellos.

- En mi opinión... - El ángel se hizo oír entre el pleito de los otros. - Estamos bien así.

- Entiendo, Cas. – Intentó llegar a un acuerdo el castaño, el más civilizado de los tres en guerra. - Ten en cuenta esto, podría estarte utilizando por ahora, y luego llevarse al bebé.

- Yo no soy idiota, Sammy. – Intervino Luci, levantando la mano por encima del hombro de Cas. – No lo necesito yo, lo necesita Jack. Y, por el contrario de ustedes, no sería tan imbécil para separarlos porque sé que se puede poner feo. – Sonrió. – Nada más que decir, señoría.

- Él tiene un punto. – Apoyó Castiel. – Puede que ustedes piensen que Jack también podría traicionarme cuando crezca, pero puedo jurarles que él es absolutamente dependiente de mí.

Como llegaron a aceptar a Lucifer, el parlanchín arcángel, dentro del bunker, era un misterio. Los hermanos Winchester, con solo una mirada compartida, supieron de inmediato que la única forma de traer al bebé y Castiel a un lugar en donde pudiesen supervisarlos, era trayendo a Lucifer con ellos.

Castiel tuvo sus dudas de acceder a regresar allí. Jack era pequeño y no sabía si podría realmente darse cuenta si un peligro se acercaba, sin tener a Cas o Lucifer de guía. Si alguien los separaba, en un lugar como el bunker, aunque fuese por segundos, las cosas podían acabar en muerte muy rápido. Sin embargo, pensando en los peligros externos, el bunker era seguro. Contrario a discutirlo con los cazadores, planteó sus puntos al arcángel a su lado.

Teniendo en cuenta todas las posibilidades, irían al bunker. 

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