Enemigo. - Parte 2.

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¿Qué más quedaba que esperar? ¿Qué más quedaba que rezar para que la casa resistiera? ¿Qué más que anhelar que Dios no estuviese al otro lado de la puerta?

Las bisagras de la puerta parecían resquebrajarse e intentar ceder. Jack desgarraba su garganta en alaridos por aquello que le asustaba tanto. Las luces parpadearon y el viento acabó por abrir las ventanas de alguna forma.

La puerta acabó por abrirse, revelando el invitado tan poco cordial. Lucifer se preguntó cómo es que no había podido reconocerle antes, cómo es que ese sujeto podía esconderse tan bien de él.

- Michael. – Enfrentó sus azules con el fulgor de sus rubís.

Ese no era su hermano, era el sujeto al otro lado del portal, aquel quien intento usarle. No sabía cómo, pero sin el profeta, había encontrado la forma de pasar a este lado. Lucifer mantuvo a Castiel y el bebé lo más cerca posible, entre sus brazos; haría lo que fuera por ellos.

- Es una desgracia volver a verte. – Rezongó el rubio.

Viendo a su no-hermano dar un paso dentro de su casa. No era tan fuerte como el Michael de su realidad, pero no estaba seguro de poder con él. Sin embargo, sacaría a Cas y Jack de allí ante el mínimo peligro.

- Solo vengo a visitar a mi sobrino. – Sonrió el mayor. - ¿No soy bienvenido, hermanito?

- Tú no eres mi hermano. Mi hermano está muy lejos de aquí.

- Si... quizás también sea un buen aliado.

Lucifer deshizo su protector abrazo y dio un paso adelante, amenazante.

- Sal de mi casa ahora mismo. – Ordenó con sus ojos en llamas.

- Entiendo que estés un poco rencoroso por lo de tu gracia, - Dijo el arcángel mayor. – pero vengo en son de paz.

- ¿Qué quieres?

- Una simple alianza. – Sonrió con simpleza.

El ángel y Satán compartieron una mirada, tan solo por un segundo. Castiel dio un paso atrás, aun intentando tranquilizar a Jack sin éxito, y desafió con su mirada al visitante indeseado.

- ¿Te conseguiste un angelito servicial? – Se burló Michael. – Apuesto que es tan fiel como el de mi mundo.

- Yo no soy como él. – Replicó el ojiazul. – No me compares.

Pareció llamar la atención de Mike, para luego provocarle una sonrisa sobradora. El visitante intento dar un paso hacia el ángel, pero Lucifer se adelantó a posicionarse frente a Cas y dejarle claro que no dejaría que tocara un solo cabello de ninguno de los dos.

- Resultaste muy sobreprotector de este lado de los mundos. – Dijo Mike, levantando sus manos en señal de inocencia. – En mi mundo te hubieras deshecho del ángel hace mucho si andaba con esas altanerías.

- Pues aquí, si te acercas a Castiel, el pequeño Jack y yo vamos a hacerte pasarlo muy mal. – Amenazó con seguridad.

La risa divertida de Michael enfureció más a Satanás, se estaba burlando de él y nadie se burlaba de él.

- Sal de mi casa, es la última vez que lo digo. 

- ¿Tú y cuantos más van a sacarme de aquí?

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