1. Axel.

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ERES MI TODO

CAPÍTULO 1.

—Kenia Monasterio—

Despertarme temprano nunca ha sido lo mío, solo de sentir los rayos del sol en mi rostro o ver cómo entran por mi ventana me pone de mal humor. Siendo sincera soy un poco perezosa y eso para qué negarlo.

Nunca voy a entender el afán de las escuelas por entrar temprano cuando el día es tan largo y sumamente aburridor. Pero tampoco es que tenga opciones de donde escoger: Es ir a la escuela o quedarme todo el día sola en casa, y ya mi vida es lo suficientemente aburrida para quedarme acostada mientras me rasco la panza. Es mil veces mejor ir a Winner School, que por lo menos puedo leer en la biblioteca donde es bastante tranquilo y nadie me molesta.

Me despojo de mi ropa y entro al baño dejando caer el agua fría en mi cuerpo caliente, para mí eso es algo excitante porque siento cómo el agua hace contraste con mi piel calientica. Cepillo mis dientes y lavo mi cabello mientras canto sálvame —una canción de una serie que vi hace tiempo, llamada RBD—. Termino de bañarme y salgo con una toalla que cubre mi cuerpo.

Busco mi ropa interior y me la coloco al azar porque nadie la verá, no tiene caso combinarla.

—Pecas —me giro, encontrándome con la mirada de Axel en el marco de la puerta.

Axel es mi único amigo hombre y nos tenemos la suficiente confianza para hacer las peores locuras, incluso vernos en ropa interior.

Axel es un chico muy guapo, tiene a más de una babeando por él, pero claro, cómo no, si su cabello es castaño, sus ojos marrones tan claros que parecen miel, nariz un poco perfilada, alto, cuerpo de Adonis y unos labios adecuados para su rostro. Todavía no me cabe en la cabeza cómo no me he fijado en él, bueno, sí, cuando era más niña me gustaba, pero era más una ilusión que amor. Aparte, él siempre me ha visto como su hermanita y no quería dañar la amistad.

—¿Cuándo vas a dejar de entrar en mi habitación sin tocar la puerta o hacer ruido para saber que estás ahí, pendejo? —levanto una ceja—. Siempre me encuentras en paños menores.

—Nunca, sabes que siempre vengo a esta hora.

Se tira en mi cama sin alejar su mirada de mí.

—Te he dicho que no es necesario —me siento a su lado—. Deja de mirarme tanto, pervertido.

—¡Tu cuerpo! —me hace unir la cejas por su exagerado grito—. ¡Omg! Tienes los pechos más grandes, tu figura marcada y tu trasero más grande. Estas vacaciones hicieron de ti toda una señorita.

—Sí, claro —le digo sarcástica—. ¿Estás ciego o qué? ¿No me ves? —me señalo con mis índices—. Estoy más plana que las tablas de mi cama.

—No señorita, ya no tiene cuerpo de niña de doce años —se levanta—. Dime algo, ¿ya te bajó tu primer periodo?

—Sí, hace como un mes, casi muero del susto. Pero eso no se pregunta, Axel, son cosas de mujeres.

—Lo sabía, por eso tu cuerpo ha cambiado tanto —entrecierra sus ojos, me da una sonrisa pícara—. Puedes tener…

—Ni se te ocurra decirlo, no pienso tener sexo con nadie, eso debe ser doloroso —mi cara de horror lo hace reír—. Mejor me visto, llegaremos tarde y Ana nos debe estar esperando.

—Eso quiero escucharlo cuando te estén follando —suelta una carcajada y lo hago a un lado. Suele ser intenso—. Si quieres hacemos la prueba y ves que no es tan doloroso como dices.

Lo mato con la mirada y empiezo a vestirme rápidamente para ahorrar tiempo. Me pongo unos jeans para nada ajustados, suéter color rosa que me queda ancho —me veo más plana de lo normal—, tenis y me recojo mi cabello en un moño alto. Me pongo mis lentes que jamás deben faltar.

—No eres plana, o más bien ya no lo eres, pero con toda esa ropa pareces más un chico que una chica —oigo a Axel—. Deja esos lentes, no sé para qué los usas si tienes unos ojos preciosos.

—¿Te callas, Axel? No pienso cambiar. Y me agrada eso que parezco más un chico que una chica, así evito que se fijen en mí y sigo siendo la nerd o cerebrito como me llaman.

—Sabes que alguien se fijará en ti sea como sea.

—Sí, ajá, para hacerme burlas. Ya olvida el tema y vámonos.

Salgo de mi habitación sin dejar hablar a Axel. No quiero seguir hablando del mismo tema, ya es más que obvio que nadie se fijaría en mí porque ni él que es mi amigo me ve como mujer, ¿qué puedo esperar de los demás? Pues nada. Tengo muy claro que los chicos prefieren a las chicas que parecen perfectas y yo estoy lejos de serlo.

Si me ignoran mis papás no puedo esperar mucho de la gente.

De todo lo único que me preocupa es que Ana y Axel dijeron que este año no se van a alejar de mí, ellos están empecinados en tenerme cerca. Somos amigos y en la escuela soy yo la que nunca les habla. Y sí, suena raro, pero siempre los evitaba en la escuela por el hecho que ellos son populares y yo una simple nerd, y no quiero arruinar sus vidas. Es mejor ser amigos fuera de la escuela que ser amigos dentro de la escuela, aunque según ellos todo cambiará para mí este año y eso es lo que espero con todo mi ser.

Los cambios son buenos, algunos dolorosos, pero al final te ayudan.

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora