ERES MI TODO
CAPÍTULO 53.
—Kenia Monasterio—
Tener que estar casi dos horas con un profesor que más es lo que se duerme que lo que habla, es muy estresante, incluso para mí que soy la mejor estudiante. Miro la pizarra, pero no estoy poniendo atención a la clase, por lo menos no tengo cólicos, eso está mucho mejor. Volteo a ver a mis amigos y están hablando como si no hubiese profesor en el salón, Lucas tiene su mirada fija en la ventana y yo con ganas de irme a dormir, me fastidia tener el periodo, aunque tampoco soy de las que piensa que si se embarazan no les vendrá por nueve meses, yo prefiero tomar pastillas que lidiar con un embarazo a temprana edad. Gracias al cielo me estoy cuidando y puedo hacerlo cuando quiera con Lucas, claro que en este momento no se puede.
Escucho el timbre sonar avisando que el receso a empezado, mis amigos se ponen a mi lado y Lucas sigue sentado con su mirada perdida.
—Vamos a comer algo, amiga—Ana me abraza—. ¿Vienes?
—Vayan ustedes, yo voy en un momento —guardo mis libros en mi bolso—. Me guardan de todo.
—Ya saben que están en la escuela, nada de besitos, tocaditas o metidita de mano —Neftaly siempre con sus comentarios tan fuera de lugar.
Le doy una mirada matadora y todos salen del salón, me levanto y me acerco a Lucas.
—Se supone que la malhumorada soy yo —murmuro—. ¿Te pasa algo?
—No estoy de mal humor, Kenia —me sonríe—. Solo estoy pensando en lo que dijo Yandris que se las pagarías.
—Por favor, Lucas, esa chica no hará nada —bufo—. No pienses en eso.
Lucas se levanta y se coloca frente a mí rodeando mi cintura con sus brazos, me da un suave beso en la mejilla.
—No te confíes, esa chica no me da buena espina —aprieta mi pequeña nariz—. Dime una cosa, ¿cómo es que hasta ahora ninguna chica de las que has golpeado ha podido ganarte?
—Ana y yo aparte de tomar clases de canto también tomábamos de box, Axel nos entrenaba o un amigo de él.
—Ahora entiendo todo —levanta un poco su trompa—. Vamos con los chicos.
No creo paz a Yandris de hacernos daño, no la subestimo, pero una cosa es estar medio loca y otra muy diferente es hacerle daño a alguien por una estupidez.
Estamos comiendo mientras hablamos de nuestras vacaciones, todavía falta mucho, pero según mis amigos hay que ir pensando nuestro destino vacacional. Quieren algo exótico.
Han pasado las horas, ya todos nos podíamos ir para la casa, Lucas quedó en pasar por mi casa a ver cómo seguía con el dolor. Pobre de él, se tiene que aguantar mi mal genio, claro está si no se aburre y me manda al carajos.
Gracias al cielo Rogelia y sus amigas no me dijeron nada en todo el día, creo que los golpes que le di a Rogelia la hicieron entender que me fastidia que se meta conmigo. Llego a casa y subo a mi habitación, quiero dormir para pasar mi mal humor.
—Dos semanas después—
Han pasado días y todo va de maravilla, que eso no es que sea tan normal, siempre he pensando que cuando todo va bien algo sucede que acaba con todo lo que iba bien. No hemos vuelto a saber nada de Yandris en todo estos días, las relaciones de mis amigos van muy bien, aunque también tienen discusiones de vez en cuando. Axel y Adriana siguen intentándolo.
Sé por boca de Axel que Yandris se regresó a Estados Unidos, por eso no hemos sabido nada de ella en estos días tan largos. Por otro lado, yo dejé mi mal genio y volví hacer la misma de siempre con todos hasta con Lucas que pagó los platos rotos, mi relación con Raquel va muy bien y con mi hermana ni se diga, somos una sola junto con Verónica y Ana.
Rafael sigue con Leticia, ahora sí son novios de verdad, como dice él. «Creo que sí se quedará con ella». Mi papá ha tenido algunas salidas con Rochi donde yo no he tenido nada que ver, ellos solitos se citan. Andrés sigue más gay que nunca, pero es un amor, me arregló el cabello para que saliera con Lucas porque sí, hoy estoy en una heladería con él mientras que muchas chicas lo miran y Lucas las ignora por estar conmigo.
—Lucas, no sabes estar quieto un segundo —le quito la mano—. Pero nadie me manda a fijarme en ti.
No deja de agarrarme la nariz para hacerme enojar.
—¡Hey! Tampoco lo digas de esa manera —pone los codos en la mesa y se acerca—. Yo soy el que lo tiene que decir, eres muy malhumorada.
—Y tú un egocéntrico de lo peor —me acerco más—. Eres un... —no me deja terminar porque me besa sin esperarlo y claro que le correspondo.
—¿Soy un qué? —me da una sonrisa.
—Eres un egocéntrico, pero besas demasiado bien para ser real. Me encantas.
—Tú me vuelves loco —se acomoda en la silla—. No sé cómo una niña de estatura media me domina.
—Porque me amas, por eso.
Siento que alguien nos vigila desde que llegamos, pensé que era mi imaginación, pero siento cada vez más la mirada de alguien y no veo a nadie.
—¿A quién buscas? —me mira—. Veo que hace rato miras para todos lados.
—Siento que nos observan —le digo mirando para todos lados—. Alguien nos está viendo.
—Es tu imaginación, Kenia, nadie nos está viendo —suelta una risita absurda.
—No te rías, Lucas, es en serio, mejor vámonos —me levanto—. Si no estuviera enamorada de ti te mandara al carajos.
—Pero como me amas no lo haces —se levanta y me abraza—. El auto está a la vuelta, vamos.
Salimos de la heladería.
Siento que nos observan y no son ideas mías, siento miedo y no tengo idea por qué, es como si algo estuviera apunto de pasar. Decido calmarme y sigo caminando con Lucas, no alcanzamos a llegar cuando veo a Lucas desplomarse en el suelo. Mi corazón se detiene al ver que su camisa está llena de sangre, miro a todos lados y veo a Yandris con un arma en su mano y una gran sonrisa, decido ignorarla para ayudar a Lucas, pero esa perra me las pagará.
Empiezo a gritar de ver al chico que amo tirado en el suelo, la gente se percata y llaman una ambulancia, yo sigo llorando mientras le doy leves golpes en la mejilla a Lucas para que no se duerma porque no sé si vaya a despertar.
—No te duermas, aguanta un poco, por favor... —Lucas me mira y espabila repetidas veces—. No puedes dejarme sola.
—Te amo, Kenia —su voz es débil—. Te prometí que no te dejaría y no lo haré.
No sé qué hacer, mi llanto se hace cada vez más agudo de ver que la ambulancia no llega y Lucas está cerrando sus ojos. No sé qué haré si lo pierdo, no pensé que Yandris fuera tan demente para hacerle daño a Lucas, él no le ha hecho nada, pero juro que si le pasa algo me las va a pagar.
Pasan los minutos y aparece una ambulancia en mi campo de visión, los paramédicos bajan corriendo y lo suben, yo no lo dudo y me voy con él. Lucas ya ha cerrado sus ojos, los paramédicos le han puesto suero para que resista hasta el hospital, yo no dejo de llorar, no pienso en otra cosa que no sea que el chico que tanto amo, por el que he llorando cantidades de veces se encuentra con un balazo en su abdomen.
Yandris dijo que me daría donde más me duele y la muy perra supo mi punto débil.
Llegamos al hospital y a Lucas lo llevan enseguida a cirugía mientras que yo doy los datos y digo cómo pasó todo. Me han dicho que la policía vendrá para que dé la declaración, pero lo único que quiero es estar con Lucas, que me diga que está bien y que no va dejarme, que va luchar por su vida porque yo estaré esperándolo el tiempo que sea necesario.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi todo. © [✔️]
Teen Fiction«Soy fans de pensar que a la vida le gusta jugar con nosotros para llevarnos al lugar donde no nos gustó estar para recordarnos quién no queremos ser y a quién extrañamos de nuestro pasado». ... -Necesito que si te vuelves a enamorar sea de mí. -Ya...