25. Saca todo lo que te hace mal.

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ERES MI TODO

CAPÍTULO 25.

—Lucas Cuella—

Me estoy alistando para pasar por Kenia, iremos a caminar a la playa. Hoy, por primera vez le di un detalle y creo que le gustó mucho por la sonrisa que tenía, esa niña es tan sencilla y tierna que me hace quererla. Estoy consciente de que está con Axel y que no será fácil lograr que se quede conmigo, pero me arriesgaré por ella, quiero saber qué pasará con nosotros.

Escucho risas desde del baño donde me estoy arreglando, me asomo con cuidado, miro que Mauricio y Ana se la están pasando bien, ella no deja de reír por cosas que dece él. Mi hermano es muy espontáneo y se enamora rápido, pero veo algo diferente en su mirada cada vez que mira a Ana, los dos son tal para cual. Me pregunto por qué yo no puedo ser como él si Kenia es una buena chica.

Ignoro mis pensamientos y me sigo vistiendo. Llevo puesto una bermuda negra, suéter blanco y zapatos.

—Mauricio —lo llamo—. No me esperes despierto, voy a salir y me tardo.

—Acabamos de llegar y ya vas a empezar de coqueto, no pierdes el tiempo —bromea y no sonrío—. No cambias.

—Voy a salir con Kenia.

Ana deja de sonreír y se queda seria.

—Eso es mentira, mi amiga no quiere saber de ti —dice Ana—. Tú eres un jodido imbécil que la haces sufrir.

—Si no me crees vamos y le preguntas —le digo con molestia—. Y me da igual lo que tú pienses, lo que me interesa es lo que Kenia piense sobre mí. La quiero a ella, no a ti.

Los dos me miran atónitos y yo salgo de mi habitación. Miro que los guardias no están y camino hacia la habitación de Kenia, toco dos veces hasta que una bonita chica de ojos miel me abre la puerta. «Se ve hermosa vestida así». Tiene su cabello un poco húmedo. La miro y ella es todo lo que necesito para  ser feliz, con ella me siento en confianza. Sé que se pone nerviosa cada vez que la miro, su rostro ruborizado me lo dice y me encanta ver que luce así por mí, aunque ella también tiene ese efecto en mí, solo que yo lo sé controlar.

—¿Nos vamos o seguirás viéndome toda la noche? —pregunta con la mano en la cintura.

—No me cansaría de verte nunca, pero iremos a caminar.

Le sonrío bajando mi mirada por su cuerpo.

Con esta chica sonrío más de lo necesario, es que me hace sentir bien.

—Eso está mejor, y deja de sonreír, ¿si?

—¿Por qué, te pones más nerviosa? —muerdo mi labio y me le acerco—. ¿Te da miedo perder el control?

—Sí, todo lo que se trata de ti me da miedo —me imita—. Mejor vámonos.

Le estiro mi mano para que la tome, lo duda por unos segundos hasta que la recibe. Vamos caminando por los pasillos tomados de mano, detrás de nosotros vienen unos chicos que no dejan de mirarla. Soy hombre y sé lo que piensan, me pongo detrás de Kenia y la abrazo, ella deja salir una risita y no me dice nada.

Es estresante ver cómo los tipos la enamoran, me siento extraño y Kenia parece que no se da cuenta de nada. Vamos caminado cuando un chico nos alcanza.

—Disculpen —nos giramos a verlo—. Con el perdón que se merece la chica quiero decirle que es muy bonita, desde que llegó al hotel la he visto sonreír y tiene una sonrisa hermosa.

Siento que algo se enciende dentro de mí al escuchar ese chico. Miro a Kenia y ella lo mira con una pequeña sonrisa.

—Gracias —responde con naturalidad—. Lo siento, pero nos tenemos que ir.

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora