32. Quiero que conozcas a mis papás.

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ERES MI TODO

CAPÍTULO 32.

Kenia Monasterio

Estamos de regreso en el hotel, la hemos pasado muy bien, por lo menos yo me siento muy feliz. Vamos caminando por los pasillos y escucho mi celular sonar en mi bolsillo, no pienso responder, pero la insistencia es tanta que decido mirar llevándome una gran sorpresa: Axel. Respondo sin pensarlo.

—Axel —una sonrisa se forma en mis labios.

—Mi pecas —lo escucho suspirar—. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias, ¿y tú?

—Bien.

Un silencio reina entre nosotros hasta que vuelvo hablar;

—Te extraño, Axel —susurro—. Extraño a mi amigo.

—Ay Kenia, yo muero por verte, sé que no debí llamarte, pero quería escuchar tu voz. Quiero verte ya, ¿dónde estás?

—Te llamé y no respondiste, sigo en Argentina, pero mañana regreso. ¿Tú sigues en EE.UU?

—No, mi permiso se acabó ya, regreso mañana a la escuela —suspira con exageración—. Conocí una chica.

—Mañana nos veremos, necesito verte, no sé estar sin ti, Axel, eres mi hermano —aunque no me vea sonrío—. Andas de perro loco, ¿te gusta?

—Me parece linda, pero sabes que te quiero es a ti.

—Yo también te quiero, Axel.

—Pero no de la manera que te quiero yo, Kenia, yo te veo como mujer.

—Axel, no me digas eso que me haces sentir mal.

—Lo siento. Mejor cuéntame ¿cómo la estás pasando?

—No sabes, esto es precioso.

Empiezo a contarle algunas cosas que han pasado, me olvido que los chicos están y cuando me giro ya no hay nadie. Me voy a mi habitación para seguir hablando con Axel. Me alegra escuchar su voz, lo extraño tanto que no sé estar sin él. Terminamos de hablar y quedamos en vernos mañana cuando yo regrese.

Me tiro en la cama y empiezo a reír como loca, luego a brincar en la cama. Me siento feliz, así que empiezo a hacer bailes raros.

—Déjame adivinar, ¿Axel?

Me quedo estática al escuchar su voz, Lucas me ha visto haciendo estos bailes extraños. Qué vergüenza.

—Sí era él, pensé que no me llamaría nunca, pero lo hizo.

—Claro que te iba a llamar, él te quiere —se sienta—. Me alegra verte feliz, ¿lo quieres, cierto?

—Yo lo amo, no como a ti porque es diferente, por ti tengo deseo, ganas de que esto funcione, en cambio, con Axel es más un amor de hermanos, hemos estado juntos desde siempre —me siento a su lado—. Me afecta estar lejos de él.

—Yo te entiendo, siempre los veo juntos, antes pensaba que tenían algo. ¿Nunca te ha gustado?

—Antes que te conociera sí, pero era una niña y Axel también, ahora lo veo como amigo.

—Pero él a ti no porque está enamorado, cada vez que te mira parece que nadie más existe.

—Mañana me quedaré en su casa, necesito pasar tiempo con él.

—¿Duermen juntos? —muevo la cabeza en señal de afirmación—. No es que me guste tanto esa idea, pero si es por verte feliz no pasa nada. Yo confío en ti.

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora