33. Los estaré vigilando.

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ERES MI TODO

CAPÍTULO 33.

—Kenia Monasterio—

Ya estoy de regreso en mi casa, el auto de la escuela también llevó a los chicos, Rafael seguro llegará más tarde. No veo a nadie, empiezo a llamar y sale una ruborizada Verónica con un despeinado Neftaly, «estaban haciendo de las suyas». Los miro con una sonrisa y ellos lucen avergonzados, dejo mis maletas a un lado y me acerco a ellos dándole un abrazo.

—Chicos, quiten esas caras, tampoco es que estuvieran haciendo algo malo, no soy tonta, ustedes se traían unas ganas, me di cuenta desde que se vieron en la cena.

—Pero estamos en tu casa, Kenia —murmura Verónica avergonzada—. Lo siento.

—Como si no supiera que lo han hecho en todos lados —suelto una risita—. Cálmate.

—Nos falta hacerlo en agua —Neftaly se pásala mano por la barbilla haciéndome reír.

«En el agua se hace muy bien».

—Neftaly, me haces pasar pena —Verónica me mira—. ¿Cómo te fue? Te ves muy feliz

—Fascinante, Argentina me encantó. La pasé muy bien con los chicos.

«Y con Lucas».

—Seguro terminaste en los encantos de mi primo Lucas —abro mis ojos evitando la risa—. No me mires con esa inocencia, no te queda, Kenia, si solo basta con verte para saber que te gusta, y él aunque se haga el duro también le gustas.

—Quiero detalles de todo. El joven Rafael llamó que viene más luego, que hará algunas cosas.

—Te los daré, amiga. Rafa y yo estábamos juntos, también una amiga de él.

Empiezo a contarle un par de cosas a Verónica.

—Bueno, bueno, yo me voy para que ustedes hablen —Neftaly le da un beso a Verónica—. Nos vemos para terminar lo que empezamos. Y Kenia, me alegró verte, yo iré a ver a mis primos.

—A mí igual, Nef, y lo siento no quería dañar su momento.

—Pero lo hiciste y créeme que me está doliendo porque me dejaste iniciado.

—No te vayas, termina lo que empezaron. Yo vengo de entrada por salida, voy a ver a Axel —miro a mi amiga—. Vero, dale una buena mamada, se ve necesitado.

Suelto una carcajada al ver la cara de los chicos, no se esperan eso.

—No pensé que dijeras eso, pensé que eras más reservada.

—Definitivamente a ver tenido sexo con mi primo te abrió la mente, pero me caes mejor así.

—Siempre no soy tímida, no se sorprendan —empiezo a caminar—. Iré a mi habitación por unas cosas para irme, Vero, por favor, pide que suban mis cosas, yo lo hiciera, pero pesan una cantidad.

—Está bien, Kenia.

Subo a mi habitación y tomo ropa para llevar, no quiero estar con la misma todo el día. Saco de mis cosas algo que le traje a Axel. Paso a buscar mi coche y salgo de nuevo, no tengo padres que me digan que no me vaya, así que puedo hacer lo que quiera y hoy pasaré todo lo que resta el día con mi amigo.

Luego de unos minutos llego a la casa de Axel, toco la puerta y me abre Susan: la mamá de Axel. Me sonríe.

—Kenia, cariño —me abraza—. Tenía tiempo sin verte.

—Hola, señora Susan, estoy muy bien, gracias, ¿y usted?

Se hace a un lado para que yo pase. La mamá de Axel es muy cariñosa, siempre nos.

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