31. Ríos de agua viva.

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ERES MI TODO 

CAPÍTULO 31.

—Kenia Monasterio—

Ya todos estamos listos para irnos a conocer un poco de Argentina, no sabemos a dónde nos quiere llevar Leticia. Como no tengo la mínima idea para dónde vamos me pongo algo sencillo, unos jeans negros, una blusa gris con un escote en la espalda, zapatos tenis y me hago una coleta. Me miro y me veo muy linda, me siento bien como estoy.

Vamos todos en el auto y no me canso de decir que todo es hermoso, yo felizmente me quedaría a vivir aquí.

Luego de unos minutos llegamos a un lugar bastante bonito, hay un puente muy grande de donde se ve el hermoso lago de aguas clara, unas lanchas y la hermosa naturaleza. Este lugar es precioso.

—¿Les gusta? —Leti mira para todos lados—. Siempre que vengo a Argentina este es mi lugar favorito.

—No me gusta, ¡me encanta! —digo cargada de emoción—. Es precioso, mira cómo se ve esa agua tan transparente.

—Esto es un paraíso —dice Rafa—. He visto lugares lindos, pero este es una cosa loca.

—No entiendo qué hacemos aquí.

—Lucas, ni modo que a ver las lanchas —espeta Leti con sarcasmo—. Como todos estamos en pareja vamos a hacer algo, aquí alquilan unos de esos carritos para agua, pues lo haremos para recorrer estás preciosas aguas, al final hay manantial, lo llaman ríos de agua viva, dicen que en ese lugar puedes pedir el deseo que quieras. Pero ojo, tienes que ver lo que pides porque te puedes arrepentir.

—No creo en eso, pero bueno, vamos a divertirnos.

—Un manantial que cumple deseos es como raro —dice Mauricio.

—Kenia, vamos —me extiende su mano.

Tomo la mano de Lucas y cada quien la de su pareja, llegamos a alquilar los carritos y nos subimos, y cada uno toma su rumbo porque todos dan con final al manantial. El lugar es precioso y estar con la compañía de Lucas lo hace mejor. Empezamos a manejar, dentro del agua se pueden ver las flores con sus colores tan vivos, al rededor del río hay árboles donde se hacen promesas de amor, incluso se casan de manera simbólica.

—Me gusta que seas tú con la que conozca este lugar.

—A mí también, siento que todo se ve más hermoso de lo que es contigo a mi lado. Esto es increíble.

—¿Quieres casarte conmigo?

¿Qué?

—Estamos muy jóvenes, Lucas, apenas tengo diecisiete años y tú dieciocho. Apenas estamos conociendo la vida.

—No quiero que nos casemos en una iglesia, bueno, no por ahora, solo quiero que hagamos el acto simbólico.

—Pero explícate bien, tú te quieres casar conmigo simbólicamente —lo miro con seriedad y luego empiezo a reír—. ¡Pues acepto!

Llegamos al manantial y los chicos también, ya entiendo por qué lo llamaban ríos de agua viva. Según la leyenda, todo lo que se pide en este lugar será concedido, pero no de la manera que uno quiere, sino como la vida quiere. Miro a los chicos y todos tienen sus ojos cerrados, están tomados de la mano. Lucas quiso hacer algo diferente, así que me acerco quedando a medio centímetro de sus labios.

—Quiero que escuches mi deseo —le sonrío y cierro mis ojos—. Deseo que la vida nos mantenga unidos porque tu eres mi primer amor, deseo que pase lo que pase nuestros amor perdure, que no acabe sino que se haga más fuerte. Que nuestro amor conozca cada etapa, que pase por procesos, pero que estemos juntos. Quiero que siempre seas mi príncipe oscuro y yo ser tu princesa de luz.

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora