56. La propuesta.

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ERES MI TODO 

CAPÍTULO 56.

Especial Axel

¿Está en nuestro planes enamorarnos? Pues en la mayoría sí, pero en otros simplemente le da igual estar con alguien o no. En mi caso, quiero estar con una chica la cual me gusta mucho: Adriana. Una niña con una capacidad enorme de enamorar a quien quiera, no lo niego, me gusta y quiero estar con ella porque nos comprendemos de una manera única, es como si fuéramos una sola persona, y sí, me equivoqué pensando que estaba enamorado de mi amiga, pero no es así, hoy me doy cuenta de que solo sentía atracción por ella al verla sonreír, hablar o hacerme preguntas curiosa como solo ella sabe. Son cosas que me gustan de ella. Kenia es muy sincera, la verdad esas son cosas que nos hacen confundir, pero ahora llega Adriana a mi vida y es como si fuera la versión de Kenia un poco más atrevida, cosa que no me molesta en lo más mínimo.

Miro a Kenia empacar su ropa y no evito sonreír, es muy distraída, lleva cantidades de cosa y solo durará una semana. La veo mucho mejor porque sabe que Lucas está bien, Yandris se pasó con lo que hizo, nadie pensó que ella era capaz de tanto por estar obsesionada conmigo, porque eso no se llama amor sino obsesión.

—¿Qué me miras? —me tira un trapo en la cara—. ¿Me estás viendo el trasero, Axel?

—Ni que tuvieras tanto —le devuelvo el trapo.

—Claro que te tengo y tú lo sabes —me sonríe—. ¿Quieres tocar?

—No quiero que Lucas me de una paliza por andar tocando lo que no es mío.

—¿Tú crees que él no sabe que me has visto en ropa interior? —SE acerca—. Puedes ser mi amigo, pero eres hombre, es obvio que te fijas en mi trasero y senos. Tú eres un pervertido, Axel.

—Cualquiera cree que es verdad —suelto una risita—. Sí te miro, pero sin malicia.

—Yo lo sé, amigo —me abraza—. Mi cuñadito más precioso, ¿cómo vas con Adri?

—Demasiado bien, nos veremos ahora que tú llegues al hospital.

—Entonces vamos porque ella está cuidando a Lucas, así se puede ir contigo.

—Sí, ya quiero verla —sonrío—. Esa niña me encanta.

—No hay necesidad que lo digas, se nota.

Salimos de la casa y tomamos el rumbo al hospital para que Kenia se quede y Adriana se venga conmigo. En el camino no dejo de hablar con Kenia, bueno, en realidad siempre estamos hablando. Llegamos al hospital y Kenia se despide de mí para ir avisarle a Adriana que ya estoy fuera, espero algunos minutos hasta que veo mi preciosa chica salir por las puertas del hospital como toda una diva, me mira recostado en el auto y se acerca a mí con una sonrisa.

—Hola, guapo.

—Qué hermosa estás —le doy un beso.

—Algo natural en mí —pasa el dedo desde el comienzo de mi camisa hasta el final—. Te ves tan sexy vestido de esas manera.

—Y pensar que antes yo era el pervertido de las relaciones, pero alguien por ahí me quitó méritos.

—Axel, es que te traigo unas ganas, pero tú nada que caes  —se ríe—. Pero eso no tardará.

Le doy otro beso y le abro la puerta del auto para que suba, esta niña va hacer que pierda mis estribos y termine haciéndola mía en estos momentos. Siempre me dice cosas como esas que me hacen querer hacerla mía una y otra vez, pero la chica es virgen no sé si dice todo eso por molestar o por ver cómo me pongo.

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora