26. Dale espacio.

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ERES MI TODO 

CAPÍTULO 26.

—Kenia Monasterio—

Todo tipo de emociones pasaban por mi cuerpo al escuchar que Lucas está enamorado de mí, tanto tuve que sufrir para escuchar que me quiere, soy débil ante él, pero también sé que no puedo entregarme en bandeja de plata porque no sé si vaya a cambiar de parecer. Ya no quiero hacerme daño por esperarlo.

Me siento completamente feliz de estar así de bien con Lucas, él está sentado con sus piernas abiertas mientras yo estoy en medio de ellas, sus brazos me rodean por la cintura y no hemos dejado de reír sobre cualquier tontería. Por primera vez en todo este tiempo no me siento como una chica tímida, hoy más que nunca me siento con el poder de decir lo que quiera, porque estoy protegida por Lucas.

—Dime ¿por qué eres tan hermosa?

—No lo sé, porque el destino así lo quiso —bromeo.

—No me imaginé que estaría así con una chica —besa mi mejilla—. Nunca hacía esto de ser cursi.

—Claro, claro, el chico egocéntrico no podía ser romántico.

—Pero tú me haces ser todo eso, Kenia —lo escucho reír—. Kenia.

—¿Si?

Me giro para mirarlo.

—¿Qué tenemos nosotros? ¿Tenemos una relación?

Ni yo misma tengo idea qué somos y te voy a responder eso.

—No te puedo negar que me gustas demasiado porque eso se nota, pero es mejor que no le pongamos una etiqueta a lo que sea que esté pasando, ¿te parece bien?

—¿No quieres ser mi novia?

—Sería feliz de serlo, pero eres un chico muy guapo al cual las chicas no dejan de mirar y tú me has fallado sin importar cuánto me dolía, y no quiero repetir eso. Es mejor conocernos.

—Está bien, pero con una condición —levanto una de mis cejas—. Que tú no estés con otro chico que no sea yo, ni yo con otra chica.

—Me gusta tu condición, no quiero verte coquetear con otras chicas, tampoco quiero que me prohíbas cosas.

—Como tú digas serán las cosas. Qué complicada me salió esta niña.

—¡Ay! Como si tú fueras un angelito. No te quiero cerca de Rogelia.

Lucas suelta una carcajada y yo lo miro mal.

—Ya no tengo nada con ella ni con otra chica, solo eres tú, Kenia, deja los celos.

—No estoy celosa, nada más te digo las cosas. Y mejor vámonos a nuestras habitaciones, tengo frío.

—Sí estás celosa —me hace cosquillas.

Empiezo a reír.

—¡Que no y deja de molestar... !

Hablo entre risas.

Nos levantamos para irnos a nuestras habitaciones. Lucas no deja de molestarme en todo el camino ni de hacerme cosquillas, este chico me gusta y me encanta más cuando es así de lindo. Llegamos a la puerta de mi habitación, ya es hora de despedirnos.

—Ya puedes irte a tu habitación, no me pasará nada desde la puerta a mi cama —paso la mano por su mejilla y su cuerpo se tensa.

—Déjame quedar contigo.

—No puedes, sabes que Ana está en esta habitación y no le caes tan bien.

—Ya lo sé, me miró mal cuando la vi con mi hermano. Ella no vendrá, déjame estar contigo, no tenemos que hacer nada si no quieres.

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora