46.Conocernos.

2.7K 125 1
                                    

ERES MI TODO 

CAPÍTULO 46.

—Kenia Monasterio—

Vamos de camino a casa, Axel se ha ido por otra ruta para llegar antes a su casa porque la pesada de Yandris lo estaba llamando. Después de nuestros juegos me siento con ganas de estar con Lucas, siento que el roce de mis piernas me manda corrientes hasta mi sexo que me hacen sentir más deseosa. No encuentro acomodo en mi asiento, me muevo de un lado a otro con la mirada hacia la ventana, si miro a Lucas terminaré encima de él.

—¿Qué te pasa? Veo que no te quedas quieta —escucho la voz de Lucas.

—Nada —digo sin mirarlo—. No me pasa nada.

—No te creo, no dejas de moverte en el asiento y tú no eres así.

Mi punto limite ha llegado, tengo que quitarme las ganas o no sé qué terminaré haciendo.

—Detén el auto —le ordeno.

—¿Por qué?

Sonríe haciéndose el tonto.

—Me siento excitada —susurro.

—Pensé que no lo dirías, solo estaba esperando —se detiene—. Pero estamos en la mitad de la carretera.

—No me jodas con eso, Lucas, que el lugar es lo de menos, quiero estar contigo.

Me suelto el cinturón de seguridad y me paso para el puesto de Lucas quedando en sus piernas. Empiezo a besarlo desesperadamente mientras le quito el cinturón y luego el suéter con torpeza, quiero estar con él. Sabía que no se podía resistir tanto, así que me empiezo a moverme en sus piernas hasta lograr que tenga una erección.

Me quita la blusa y luego el sostén dejándome sin nada, me levanta y baja mi pantalón junto con mis panties. Bajamos el asiento para que nadie nos vea, desabrocho el botón de sus jeans, lo bajo hasta la mitad con su bóxer, dejando a descubierto su enorme erección. Sin pensarlo me levanto un poco y me vuelvo a sentar sintiendo cómo entra todo.

Me muevo con rapidez y torpeza para hacer todo rápido antes que nos vean. Lucas gime sin control, igual que yo, pero no puedo dejar que se llegue dentro de mí porque no estamos usando protección.

—No...no te puedes venir... dentro de mí —gimoteo al saber que está por venirse. Me sigo moviendo, mis manos en su cuello me permite hacerlo más facilidad y algo de torperza —sale de mí todo su líquido blanco cae fuera de mí, creo que esta vez lo hicimos en tiempo récor. Me pongo mi ropa y vuelvo a mi asiento, ya me siento mejor. He saciado mis ganas.

—Sí que tenías ganas —me besa—. Mi niña pervertida.

—Lucas, ya que me haces sentir mal —lo miro avergonzada—. Lo siento, pero no me aguanté y si no decía nada terminaría loca.

—Amor, no pasa nada, a mí me gusta que seas así, eres tan tierna que me gusta todo de ti —me sonríe—. Es normal que te sintieras excitada por todo esos juegos que hicimos.

—¿En serio te gusta que sea así? —paso mi lengua por su mejilla—. Te estás llevando todas mis experiencias.

—Claro que sí, Kenia, me gusta cuando eres tímida, cuando eres pervertida. Me gustan todas tus facetas —toma mis manos—. Eso que acabas de hacer de pasar tu lengua por mi mejilla se llama confianza, igual que lo hice yo contigo la vez pasada, no es ser cochino como dices.

—Tú me haces ser todo eso que dices, yo no he estado con otro chico, nunca he hecho lo que hago contigo, es primera vez todo eso. A veces no sé si hago bien las cosas, tú has estado con chicas que tienen más experiencia que yo. ¿Por qué me elegiste a mí?

Eres mi todo. © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora