One Shots (Supercorp Camren Luciale(x))

La Carpintero (AgentReign)

#4

Hace algún tiempo existió en la medieval Inglaterra una chica llamada Alexandra, pero al vestirse como chico y tener el cabello corto desde pequeña todos la conocían como Alex y si a veces pensaban que en realidad si era un chico. Ella gracias a su padre que era un caballero y a su madre una cocinera en el castillo Logde, ella puso un taller de carpintería ya que le fascinaba construir cosas para la gente.

Un día la señora Arias, fue al taller de Alex y llevaba consigo a su hija Sam. Al entrar y verla, Alex supo el significado de "amor a primera vista", Sam era una joven hermosa, de cabello castaño y unos bellos ojos oscuros que hipnotizaron a Alex.

-Buen día, mi nombre es Alex ¿En qué puedo ayudarlas?- pregunto atontada.
-Buen día joven, estoy buscando algo muy especial, mi hija se casará en algunos días con un hombre muy adinerado. Y necesito un par de sillas muy lujosas para que ella y su futuro esposo se sienten durante la ceremonia- hablo la señora Arias.

Alex sintió una punzada de dolor en el  corazón al oír aquello, fijo la vista en Sam y descubrió en su mirada un esbozo de tristeza mezclada con coraje y ella lo supo enseguida: Sam no se quería casar con aquel hombre.
Tras darle especificaciones y órdenes precisas de como quería las sillas, la señora Arias se fue llevando consigo a Sam quien le lanzó una mirada triste acompañada de una media sonrisa a Alex, quien le sonrió ampliamente.

Unos días después, Sam regreso al taller para llevarle otras indicaciones de parte de su madre, le sonrió a Alex cuando la vio trabajando.
-Buen día señorita Arias- dijo Alex dándole una silla para sentarse.
- Joven Danvers- dijo Sam mirándola.
- Bueno de hecho yo soy Señorita como tú pero está bien- dijo.
- ¡Oh! Entonces es verdad-.
- Si no todos lo saben pero me gusta como me tratan, puedo tener equidad- dijo mirándola.
- Eso está muy bien- dijo Sam con una sonrisa y le extendió una hoja- Indicaciones de mi madre, ahora quiere un comedor-.
- Seguro- dijo Alex tomándola.
- Me voy- Sam se levantó y se dirigió a la salida yéndose.

Al día siguiente Sam volvió al taller.
- Alex toma- le dió una hoja.
- ¿Más cosas?- le preguntó.
- No solo eso, léelo vamos- y se fue corriendo.
Alex abrió la hoja y sonrió.
"Veámonos en el puente del río a las 6" ---- Sam.

A las 6 como se dijo, Alex esperaba a Sam con una flor, que llegaba hasta ella con una sonrisa, le extendió la flor y Sam sonrió. Caminaron por la orilla del río por unas horas y al oscurecer Alex acompaño a Sam a su casa, cuando se despidieron Sam le beso la mejilla sonriendo y corrió a la entrada de su casa.
Alex regreso a su casa, meditando lo que había sentido por Sam y tras mucho pensarlo, ella acudió a su padre para explicarle su asunto y visitaron a la hechicera más poderosa de esos lugares, Morgana era ella. Alex le explicó la situación y le dijo que se había enamorado de Sam, Morgana le dio unos polvos mágicos y le susurro las instrucciones.

El día de la boda, todos estaban impecables, el jardín de la casa de Sam estaba decorado con motivos blancos y dorados, las mesas tan llenas de comida que podrían alimentar a una familia por más de un mes. Alex localizó el punto donde debía poner las sillas, las cuales eran preciosas, con acabados tan finamente detallados que parecían de la realeza. Cuando terminó de colocar las sillas en su lugar, puso los polvos mágicos en la que se tenía que sentar Samy con una sonrisa salió del salón.

La ceremonia comenzó, todos estaban emocionados, solo había una cara triste entre la multitud: la de Sam, quien no podía dejar de pensar en Alex, la aquella joven carpintero de quién se había enamorado en un poco tiempo.
Al llegar la hora todos tomaron sus asientos, Sam sintió como que la silla la jalaba tan de prisa que no le dio tiempo de gritar. Todos en el salón dieron gritos de sorpresa, pues de repente la novia había desaparecido justo frente a sus ojos.

Alex se encontraba esperando en la carpintería, ya había predispuesto todo: Un caballo y suficiente comida para unas cuantas semanas. Sam apareció de repente antes sus ojos, luciendo un poco desorientada pero tan hermosa como siempre.

- Alex ¿Tú hiciste eso?- preguntó.
- Si y no me arrepiento, desde el momento en que te vi supe que si te casabas era en contra de tu voluntad. Quiero que sepas que estoy perdidamente enamorado de ti y algo me dice que tú también que sientes algo por mi- respiró- Por eso te digo: su es verdad lo he acabo de decir y me corrspondes ¡Escapa conmigo, dame la oportunidad de tener una vida juntas Sam!-.

Sam al escucharla decir eso, lo supo de inmediato su respuesta: quería escaparse con Alex y tener una vida con ella. Se arrojó a sus brazos y le dijo:
- Te agradezco que me hayas rescatado de aquella boda y por supuesto que quiero escaparme contigo-.

Tras decir esto Alex beso tiernamente a Sam, después la llevó hasta donde tenía preparado el caballo y las reservas de comida, ayudó a Sam a subirse a aquel caballo, subió detrás de ella y juntas cabalgaron hacia el final feliz que ambas merecían.