Harry Potter 🔥

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~• Harry no puede ir a Hogsmate por que no tiene su permiso firmado, puesto que le dices a McGonagall que si puedes quedarte con el •~


—¿Yo puedo quedarme con él?

—Pero, tu si tienes el permiso firmado, ¿estás segura de quedarte señorita?

—Claro que sí— sonreíste, la maestra no dijo nada más y se dio la vuelta junto a Ron y Hermione, pero antes tu amiga te había guiñando el ojo, por lo que solo sonreíste.

—No tenías porque quedarte— soltó Harry— no hace falta que hagas eso por mí

—Bueno, ya lo hice, ya está hecho

—Te vas aburrir

—¿Contigo? Nunca.

Harry sonrió por lo que dijiste, sus mejillas se pusieron de un color carmesí que era algo notable.

—Hagamos un recorrido por la escuela, ¿te parece? Los gemelos me regalaron el mapa del Merodeador

—¿En serio? Que idiotas, me dijeron que me lo iba a dar a mí

—Bueno, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío, así que también te pertenece.

—Eres demasiado linda para ser verdad.

[...]

Los empezaron a recorrer el castillo, nunca habían imaginado que el castillo tendrá mil pasillos secretos. Algunos tenían luz y otros estaban oscuros por lo que te daba miedo pasar por ellos, pero como siempre, Harry estaba ahí para ti.

—¿Esto es un sótano de pociones?

—El más antiguo del castillo, dejó de usarse hace bastante tiempo ya que había otro en la planta de arriba, pero aquí ocurrieron cosas bastantes interesantes.

—¿Cómo que?

—Se dice que Rowena Ravenclaw se la pasaba siempre aquí con un chico que era desconocido

—¿Es en serio?

Sonreíste ante la pregunta, empezaste a caminar por las mesas que habían en aquel sitio.

—Tanto como Rowena y el chico por igual estaban muy enamorados, era un amor verdadero, bastante apasionado, salvaje pero al mismo tiempo lindo y hermoso, dicen que si traes aquí a tu pareja y se dan un beso su amor durará para siempre.

—Ay linda, no hace falta que me beses aquí porque sabes muy bien que yo estaré siempre a tu lado

—¿En serio?— te mordiste los labios, Harry notó ese gesto y tragó grueso.

Harry empezaba a ponerse nervioso. Tu te acercaste a una estantería de libros y empezaste a mirar los libros. Los cuales ya habías leído.
Todos eran diarios de Rowena, que contaban la historia de su amor verdadero mientras se la pasaban aquí.

—¿Son diarios?

—De Rowena— Harry se acercó a ti, te diste la vuelta y quedaron cerca, sentías su aliento en tu rostro y el igual.

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