● Harry Potter ●

• perfect man •

Three sinners • parte 2.

Maybe preparén los pañuelos

[...]

Nerviosismo

Cuando alguien tiene nerviosismo o nervios, éste se encuentra inquieto, irritable, inseguro y no puede apartar de su mente la preocupación sobre situaciones.

De esa manera te sentías, al ver aquel chico de cabello miel sentado mientras bebía un caffe latte, ¿qué cómo lo sabías? Bueno, haber estado con el por más de 9 meses te hizo recordar para siempre sus gustos y disgustos.

Caminaste con rapidez, ya que tenías antojo de un pastelito que solo esa cafetería tenía, jamás creíste que volverías a verlo, aunque en realidad no terminaron mal para no volver a verse.

Recibiste un mensaje, tomaste tu móvil para ver de quién se trataba.

El chico se puso de pie ya que habían gritado su nombre, tomó su último pedido y caminó a la salida pero tu no te diste cuenta que por accidente chocaste con él al intentar entrar a la fila

—Lo siento mucho

—No te preocupes, no es nada.

Sus ojos chocaron con los tuyos, tu estómago se revolvió provocándote náuseas, ¿ya había dicho que el nerviosismo te provocaba eso?

—Oh, Hola ___, que gusto verte

Remus sonrió alegremente, mostrando sus dientes blancos y perfectos, esa sonrisa que podía enamorar a cualquiera.

—Ho-Hola...

—Déjame adivinar, ¿vienes por el pastel que te gusta?

Asentiste con un poco de incomodidad

—¿Caffe Latte y una dona de frambuesa?

—Me conoces.

—¿Como no iba a hacerlo?

Remus frunció el ceño, lo notaste y sonreíste con un poco de falsedad ya que el sentimiento de enojo estaba apoderando tu cuerpo poco a poco, ¿porqué? Simple, recordaste la noche que se fue y los dejó.

—¿Cómo has estado?

—Muy bien, por fin encontré un departamento, me costó un poco de trabajo pero debo decir que es perfecto el lugar

—Bueno, sabías que tenías una habitación en nuestra casa

—No creo que quedarme hubiera sido una buena opción.

Remus hizo una pequeña mueca, avanzaste y era tu turno para pedir tu orden, lo hiciste y miraste a Remus, él cual te había esperado para que terminaras

—¿Cómo has estado tú y Sirius?

—Bueno, nosotros estamos bien pero aún no podemos creer que te hayas ido, no es normal estar los dos solos

—Bueno, así empezaba a ser, se acostumbrarán no se preocupen.

Frunciste el ceño, ibas a decir algo pero gritan tu nombre, Remus bajó la mirada.

—Bueno, nos veremos después y cuídate mucho

Remus se alejó de ti sin decir nada más, agarraste rápidamente tu pedido y saliste de la cafetería, diste vuelta a tu alrededor para encontrar a Remus con la mirada.

Corriste al ver que estaba esperando a cruzar la calle, te acercaste y te miró confundido

—¿Porqué lo hiciste?