Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |

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— ¡No, no y no!¡Me niego a dar por terminada mi búsqueda, Wyatt es imposible, debo encontrarla!

Lo veía caminar de un lado a otro, Wyatt comprendía la situación, pero también se preocupaba por la manada, entre los asuntos de la empresa y su interminable búsqueda sus obligaciones quedaban a la deriva.

— Edward, como tu Beta te entiendo, sabes que te apoyé desde el principio, sin embargo, debo aclarar que esta situación empezó desde haces meses, tu deber como Alfa es ver por tu gente y asegurar su bienestar.

Edward lucia desesperado, sus visibles ojeras delataban su falta de sueño y demostraba fuerza, su alimentación cambió de forma drástica.

— Hoy sentí su aroma, Wyatt.

— ¿Dónde?

— En la calle 4808 Winton Rd.

— Es un avance, al menos en la próxima vez ya tienes un indicio de saber dónde está.

La expresión de satisfacción cambio, Edward pensó en lo único que omitió. Wyatt no dudó en preguntar, como tu mano derecha era su deber apoyarlo.

— No es todo miel sobre hojuelas, ¿no?

— Tengo el presentimiento de que es humana.

El entrecejo de Wyatt se frunció, pero no por enojo, solo confusión.

— ¿Humana...?

— Sí, el vecindario donde vive es de humanos.

— Eddy, no por la portada se juzgará un libro.

— Me quieres decir que...

— Edward solo relájate, estás a medio camino, la próxima vez que vayas procura averiguar sin exponerte.

La plática cambió de rumbo, ahora atendían asuntos de negocios, las ventajas y desventajas de las inversiones y contratos próximos a firmar.

☆

— No juro que es verdad, fue la mejor noche de mi vida, debo decir que en la escala del uno al cien rompió por completo con mis expectativas.

Savannah sonrió al mismo tiempo que untaba mantequilla en su tostada, Chiara, mejor amiga y con el título próximo de hermana no sanguínea, le platicaba sobre su segunda aventura amorosa con el chico que conoció por una página citas. Algo en lo que no estaba de acuerdo, pero conocía a Chiara y sabía que su opinión era escuchaba más no tomada en cuenta porque ella lo tenía todo bajo control.

— ¿Y quedarán de nuevo esta semana?

Tomo un sorbo de su café luego dar un mordisco a su tostada. Sentía un leve interés, a veces pensó que las relaciones sin ataduras de su loca mejor amiga era la típica historia amorosa y sexualmente activa. Pero no, lo último era exagerado.

— Aún no lo sé, con decirte que el último mensaje que envió no le he contestado. — soltó una carcajada que contagió a Savannah — Oye, ¿y pasaste otra mala noche? Pregunto por qué tus ojeras parecen fantasmas por lo que ya casi ni se notan.

— Es por el maquillaje, lo uso porque a pesar de que deje claro que no quiero visitas de mis padres puedo apostar mis CD's de One Direction con sus respectivos autógrafos incluidos, que pasarán por encima y vendrán.

— Seguro aún no les das la respuesta de si irás al campamento o no.

Savannah negó y le apuntó con la media tostada que le quedaba.

— Solo dije que quería que me dejaran respirar sin recibir mensajes o llamadas, además de visitas sin previo aviso.

— Sav, estoy sobria, así que...

— ¿Así que qué?

— Ve a ese campamento, tal vez al final obtengas algo que te beneficie.

Largo un suspiro y bebió de su café

— Quizás cambie de opinión.

— Bien, ahora tu servidora te espera en diez minutos o lo descontará de tu paga, así que date prisa que ya estoy abriendo el Coffe Coffe.

— Vale, ya voy, adiós. — colgó. Al término de la plática Savannah termino el desayuno y subió a su habitación para cambiarse el pijama por el uniforme de su trabajo.