— Me siento pésimo. — susurro luego de salir de los baños. Savannah que estaba apoyada en un farol al costado sonrió y le entregó su chaqueta, comenzaba a hacer un poco de frío.
— Creo que estás vetado de la montaña rusa por ensuciar le a la señora.
— ¿Y yo que sabía que mi estómago reaccionaría de esa manera? Además, ni que fuera imposible de quitar, con una o dos lavadas estará como nueva su camiseta.
Tomó la mano de Savannah y caminaron junto a los puestos en los que tienes que atinar le a derribar los pinos o con las clásicas pistolas de agua bajar los letreros con unos dibujos de payaso.
— ¿Quieres probar? — Edward retiró la mirada de los puestos y continuó caminando, pero ella lo detuvo — Anda, prueba.
— No tengo buena puntería, es un hecho que no es para mí.
— ¿Lobo feroz tiene miedo?
— Ya me preguntaba si te burlarías en algún momento. — murmuró.
— Es mi apodo para ti, cariño. Así que debes considerarlo como un gran avance en nuestra relación, sea cual sea el título que tengamos.
Edward soltó una breve risa y la guio hasta el puesto de las botellas. Entregó un dólar al encargado.
— Ve eligiendo tu premio. — aviso al dar el primer tiro. Tenía tres oportunidades y lo considero un reto si quería sorprender a Savannah.
Lo miraba con atención y viendo cómo el segundo tiro derribó la segunda botella. Lo de tener la pésima puntería no se aplicaba a él.
Y la última fue derribada antes de que pudiera pensarlo.
— ¿Sorprendida?
— Pensé que la puntería no era lo tuyo.
— Marian tuvo que ver en eso, ahora tienes un premio en mente. — señaló la repisa con la cabeza.
Mira entre los peluches y todos eran parecidos, entre los ejemplares de perros y gatos, pero destacó uno.
— El del lobo por favor. — dijo Savannah al encargado. Edward sonrió y abrazó por la espalda una vez que ella tuvo en sus brazos al peluche.
— Buena elección. — susurró.
Luego subir a unas cuantas atracciones más, por supuesto que solo con la aprobación de Edward, regresaron a casa. Casi eran las cinco con treinta minutos, el mejor plan para la última noche era una película. Antes de que por la madrugada despertara al no sentirla cerca.
Definitivamente los tres días y dos noches que seguían para Edward significaban un tormento. Pero Savannah debía estar lejos, si es que la quería segura.
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Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |
WerewolfSavannah Foster, es una persona inteligente e independiente, que por azares del destino llega a manos del Alfa, Edward Pierce. Edward es alguien sumamente protector, tiene leves arraques de agresividad, y como es la naturaleza de cada licantropo, si...