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Despertar, desayunar con Edward y pasar la mañana viendo Netflix. Al menos algo fue diferente.

— Entonces, ¿la hierba controla el tiempo y los primeros en llegar son la familia de Toby?

Savannah asintió. Por elección de ella vieron La hierba, era una de las primeras opciones que daba Netflix, así que Edward no tuvo problema en verla. Eso sí, cada vez que había duda no callaba y lejos de irritarla, le causaba ternura porque veía como hacía un puchero leve.

— Bien, ¿quieres ver otra? — preguntó Edward al agarrar el control remoto, regresó al menú de Netflix e hizo zapping en las opciones. Savannah se sentía cansada, a pesar de que anoche, como en otras ocasiones, dormía de maravilla. Pero lo veía emocionado al ver cada título, se notaba que quería pasar tiempo con ella, así que, ¿podría pasar media hora más despierta no?

— Elige la que tú quieras, es lo más justo después de que yo eligiera la primera. — eso bastó para que en menos de cinco segundo ya estuvieran viendo Lucifer.

Para Savannah era la primera vez que veía esa serie, conocía el nombre por Asher, pero ni el primer capítulo había visto. Edward era todo lo contrario, su concentración estaba en la pantalla.

— Está en la mejor parte. — murmuró. Pasaron un par de capítulos más para que lo interesante sucediera y aunque lo veía no le encontraba sentido, más solo calló para no arruinar la emoción de Edward. Por momentos parecía que el cansancio la dominaría, pero con los sobresaltos del Alfa con cada acción de los personajes, que parecían ser de infarto, se esfumó el sueño más no del todo.

— ¿Te está gustando la serie? — al voltear miró que Savannah dormía cómodamente en su hombro, se veía tan hermosa y pacífica. Agarró el control remoto y apagó el televisor, al parecer era el único disfrutando, pero no sintió enfado, comprendía que el cansancio era normal.

De manera delicada la cargó y llevó en brazos a su habitación, aunque de solo ver la puerta la idea de que pasara una noche durmiendo junto a ella se adueñó por completo de su mente. Solo quería sentirla cerca, abrazarla y sentir que dormía en calma a su lado.

Al dejarla sobre su cama en el lado derecho se dedicó por un par de segundos a mirarla, mentalmente se preguntaba qué hubiera sido de él si ahora Savannah no estuviera a su lado. Acarició su mejilla y dejó un beso en ella. Agarró de su armario una sábana para cubrirlos, luego de estar ambos acostados y cubiertos, Edward la acercó con delicadeza y suavidad hacia él abrazando por la cintura. Aspiró su delicioso aroma y por fin cerró los ojos cayendo en un profundo sueño.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora