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— Okay, si escucho y entendí bien, dices que, ¿casi tuvieron sexo en la piscina? — dijo Chiara al otro lado de la línea.

— Hubo caricias, besos en tu cuello y... — hablo Cassie, ella no podía faltar.

— Casi pasó, pero lo detuve.

— ¿Se enfadó? — interrogó Chiara.

— No, no lo hizo. Por suerte no, porque, aunque lo deseara antes estaba yo.

— Es muy romántico, pensé que los Alfas eran rudos, despiadados e...

— ¿Incapaces de sentir? — soltó una breve risa — No creas todo lo que dicen los blogs, recuerda que, para los humanos, los hombres lobo son un mito aún.

— ¿Para los humanos? Ya hablas como uno de ellos Sav.

— Es que pasar tanto tiempo con Edward tiene su efecto Cass.

El efecto Pierce.

— Bueno, ¿algo más que informar o puedo volver a la cama?

— ¿A la cama? ¿No tenías que dar clases particulares al hijo de los Ronald 's, Cassie? — pregunto Savannah.

— Lo dejó, al parecer el adolescente tiene las hormonas alborotadas y se le insinuó.

— Olvidaste el otro detalle, Chiara.

— ¿Otro detalle?

— Cuando llegue a su casa para las clases la semana pasada, esperaba verlo con sus padres, pero no fue así. En vez de ellos estaba con sus amigos y me besó como si estuviéramos en su habitación, sin público presente y me dijo: llegaste a tiempo, cariño.

— ¿Cariño? Vaya, entonces es un adolescente con las hormonas alborotadas y para colmo enamorado de ti, Cass.

— Savannah no es gracioso, es humillante.

— Solo fue un beso, Drama Queen.

— Bueno, tienes razón, pero debía desahogarme... — dos toques a la puerta de Savannah interrumpieron la plática, por lo que pidió unos minutos de espera y fue a abrir.

— Wyatt...

— Edward pregunta si bajarás a cenar.

— Eh... ¿Crees que se alertará si digo que no?

— ¿No tienes hambre o es que lo que pasó hace unas horas te impide verlo a la cara?

— ¿Te ha contado?

— No dio detalles, sólo dijo que se atrevió por fin.

— Genial... — murmuró y volvió con las chicas — las llamo mañana, adiós.

Luego de colgar bajó para reunirse en la mesa con Edward. No era difícil saber su estado de ánimo por la amplia sonrisa que se plasmaba en su rostro.

— Pensé que no bajarías.

— Estaba hablando con Chiara y Cassie. — Wyatt le ayudó con la silla.

— Te disfruten la cena, buenas noches.

— Buenas noches, Wyatt. — dijeron ambos para luego verse.

Qué sincronización...

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora