Hermoso, pensó Savannah.
Edward era un hermoso lobo blanco, su tamaño era impresionante y por lo que Chiara le comentó era obvio que por tener un rango elevado su tamaño sería así. Se acercó cautelosamente, tal vez podrían desconfiar de los instintos de un lobo.
— ¿Puedo...? — quería acariciarlo, sin embargo, necesitaba saber si podía. Edward lo notó y acercó su nariz, olfateó por unos segundos hasta dejar que ella lo acaricia — Eres hermoso... Me siento pequeña a tu lado. — pasó de acariciar su cabeza al lomo y sonrió al sentir la suavidad de su pelaje — Eres muy suave.
Aquellas palabras causaron que el corazón del Alfa diera un vuelco y aullara de felicidad. Savannah sonrió, no se asustó, pues sintió lo mismo que él.
Hay algo más que debes saber.
Miró a Edward extrañada porque escucho su voz, pero si algo le quedó claro era que los animales, sin excepción, no podían hablar.
Me escuchas porque puedo a través del lazo que tenemos. Pero eso no es de lo que quiero hablar...
— ¿Entonces?
Se trata de nosotros.
— ¿Qué pasa con nosotros?
Nada de lo que debes preocuparte, solo es con respecto a algo serio.
— Algo serio... ¿Te refieres a la noche de Luna llena?
No, ese tema no quiero hablarlo ahora. Es con respecto al tema de mi celo.
— Si algo de eso ya sabía, no preguntes cómo.
Tranquila, no lo haré. Pero sabes qué significa eso, ¿verdad?
— Edward...
No es algo que haré si no estás de acuerdo, por eso los tres días y tres noches estarás en casa de tus padres o con tu amigo Ashton.
— Asher.
Eso, Asher. Yo estaré en la manada y tomaré supresores para evitar que...
— Que busques en otra lo que no tendrás conmigo.
No pienses eso, yo solo podría buscar a una sola chica, y esa eres tú.
— ¿Pero por qué me iré si tú tomarás los supresores? Se supone que eso debe ayudarte a controlarte.
Solo quiero evitar arriesgarme. No sabes cómo es ese momento. Prefiero que cuando pase, tú estés segura.
Definitivamente Edward era el hombre perfecto, soñado.
La noche continuó con pláticas sobre ambos, se turnaban para contestar y si, no faltaron los besos y caricias por parte de ambos, aunque más por Edward.
— He de admitir que tu mirada es más profunda siendo un lobo, tú ojos mieles y hermosos, es muy impresionante. — acaricio su mejilla.
— Estoy seguro de que tú serías igual de hermosa si fueras una loba. — esbozo una sonrisa y le dio un beso esquimal a Savannah.
— Sería imposible, no soy un ser sobrenatural, solo una simple humana.
— Las brujas podrían arreglar eso.
— ¿Brujas? ¿Existen también?
— Todo existe, solo que a los ojos de algunas personas es imposible de percibir.
— Suena tentadora la idea, pero me gusta ser humana.
— Piénsalo, podrías ser una hermosa Omega, preciosa y tan dulce. — Savannah negó mientras sonreía — Aunque pensándolo mejor serías una presa para los demás lobos, así que serás mi humana, solo mía.
— Recuerdo haber platicado con Marian sobre que soy la primera humana como mate de un Alfa. — lo miró.
— Y tuve suerte en ser ese Alfa, de solo pensar que podría ser otro en mi lugar me hierve la sangre.
— Si, Mr. Jealous.
— Es que eres muy importante para mí, Sav.
— Tú también Ed.
Se acercó lo suficiente para que sus respiraciones se mezclaron y las miradas se conectarán.
— Hazlo. — pidió él.
Savannah sonrió y acortó la poca distancia, ambos se fundieron en un apasionado beso.
El primer beso que por propia cuenta que ella dio.
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Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |
WerewolfSavannah Foster, es una persona inteligente e independiente, que por azares del destino llega a manos del Alfa, Edward Pierce. Edward es alguien sumamente protector, tiene leves arraques de agresividad, y como es la naturaleza de cada licantropo, si...