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Y la verdad estaba saliendo más a la luz. Ya no eran solo dos personas las que sabían de Edward, de lo que era en realidad. Benjamín y Marcus por unos minutos se quedaron en silencio, Demián miraba sus manos entrelazadas y Savannah esperaba alguna reacción, ya sea positiva o negativa.

— ¿Chicos alguno dirás algo? — intervino Chiara.

Pero no obtuvo respuestas.

— Sé que es difícil de entender, tal vez asimilarlo dure más de lo que se piensa.

— Cassie no es como decir que Edward es un narcotraficante y vende droga a todo el país y países hermanos. Esto es poco creíble a la primera, difícil de asimilar.

— Lo sabemos Marcus, Savannah tomó la decisión de callarlo hasta que fuera seguro, sentía miedo y temor. — Savannah miró a Chiara y luego a Marcus.

— ¿Miedo de qué? ¿De que ese imbécil le hizo algo? Por favor, se nota que la tiene en un altar, no se atrevería a ponerle un dedo encima si de lastimarla se tratara.

No podía creer lo que escuchara, la tomaban por mentirosa como si no la conocieran y sobre su decisión, todo estaba claro.

— No estás en su lugar, si dices ser su mejor amigo podrías entender lo difícil que es confesar algo que con dificultad sería posible creer. — dijo Cassie abrazando por los hombros a Savannah, quien, aunque se sentía débil no bajaba la mirada.

— Entonces dices que es un hombre lobo, que eres su cosa predestinada y estarás el resto de tu vida con él, porque si no es de esa forma, tanto Edward como tú podrían morir.

— Básicamente. — murmuró ella.

— Por eso el milagro de que apareciste por arte de magia en el cumpleaños de Demián, no era un secuestro.

— Benjamín. — reto Cassie con la voz seria.

— Discúlpame, te creo Savannah, pero sostuviste la idea de tu secuestro por más de una semana y por tu causa Dane sufrió un accidente. Perdón si suena poco amigable o comprensible. — suspiró y se levantó — Yo no puedo estar aquí.

Y sin decir ni una sola palabra más.

— Iré por él, trataré de hablarle y que...

— No, no te preocupes Marcus, ve con él y asegúrate de que no haga una locura. Recuerda la última vez que cometió una estupidez. — Savannah trató de sonreír, pero le fue imposible. Marcus asintió y salió de la casa.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora