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No fue exactamente lo que espero al ver entrar a Savannah. Literalmente lo evadió y subió a su habitación

— ¿Seguro que no hiciste nada?

— Juliette, solo abrí la puerta y en el segundo sin decir nada subió.

— Es muy extraño...

— Y yo soy el ser sobrenatural, ¿no? — agarró las rosas que cortó de su jardín especialmente para Savannah, se las iba a dar, pero no contó con lo sucedido.

-— Edward, Savannah siente dolores en su estómago. — al escuchar a Dorian se alarmó y sin decir ni una sola palabra subió. ¿Dolor en su estómago? ¿Por eso la urgencia de subir?

Tocó repetidas veces la puerta, sin obtener respuesta. Suspiro y se dio por vencido, sin embargo, no se retiró, al escuchar que alguien salía quiso entrar.

— Espera, Edward no es buen momento ahora...

— Wyatt, Savannah me necesita. — susurro.

— Está indispuesta.

Caminar de un lado a otro solo podría significar una cosa. Impaciencia.

— Alfa, si no te detienes harás un hoyo en el suelo. — el doctor quien se encontraba al costado de Savannah, que estaba echada sobre su cama durmiendo — por el momento no hay nada grave solo...

— ¿Nada grave? Gordon, tiene dolores en su estómago, ¿y eso no para considerarlo grave?

— Entiendo su preocupación y la falta de paciencia, pero debe estar calmado. Savannah es humana y hay períodos en los que se encontrará con malestares.

— ¿Malestares?

— Savannah estará por unos días indispuesta, para ser más preciosos entre tres a seis días. Los dolores se deben a su período.

— ¿Período?

— Todos los meses, su cuerpo se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, el útero, se desprende de su recubrimiento.

— ¿Eso es todo?

— Estará sensible y con cambios de humor, posiblemente sienta antojos o quizás no. Deberá tomar estas pastillas, de acuerdo a su edad y nada de bebidas y alimentos fríos.

Le extendió una nota con todos los requerimientos.

— Gracias Gordon, lo siento yo...

— Alfa, no se preocupe. La Luna debe ser su prioridad en estos momentos y si hay algún problema no dude en llamarme. — luego de que se retirara Edward se acostó al lado de Savannah. En total silencio la miraba y acariciaba su mejilla, aunque sabía que esto no era tan grave, no le quitaba un poco de la preocupación que sentía.

Valente y Ciro se encontraban en la entrada de la habitación platicando, como todos en casa, sobre el Alfa, ya que estaban preocupados. La situación de Savannah ninguna mujer lobo lo vivió, era ajeno a su especie y el conocimiento no tenían. Juliette y Dorian fueron al hospital para chequear el embarazo y Wyatt fue por los medicamentos recetados por Gordon.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora