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Un mes después

— ¿Es muy necesario esto? — dijo Savannah viendo los vestidos que dejaban sobre la cama — Son lindos, pero...

— Hola, hermosa, ¿todo va bien? — apareció Edward luciendo un elegante traje.

— Va bien, solo que... — miro la ropa y luego a él — ¿En serio es necesario que use un vestido?

Miro a los encargados y les hizo una señal para que se llevaran lo que trajeron, ellos en silencio y con la cabeza agachada hicieron lo que ordenó.

— Pensé que fui muy claro sobre que no enviarán ningún vestido a nuestra habitación...

Savannah sonrió de recordar que estaba en la habitación de Edward, que también es suya.

— Sé que no te sientes cómoda con los vestidos y por eso mismo usa lo que más te guste, no habrá problema. — esbozó una sonrisa y se acercó para besar la frente de ella.

— Justo por eso Chiara elijo algo para esta noche...

— Por favor, dime que no elegiste alguno de los vestidos que revelaba mucho...

—Tranquilo, no es nada de lo que te imaginas.

— Te verás hermosa. — acaricio su mejilla — He imagino que no me dejarás verte, ¿no?

Negó y le dio un casto beso.

— ¡Edward! — se escuchó el llamado de Wyatt — ¡El traje aún no está listo!

Savannah soltó una leve carcajada, pero por el contrario el Alfa largo un suspiro. Típico protocolo para lucir perfecto, porque tal vez su mate se salvaría de usar lo que se espera, más no él.

— Ve, aún tienes mucho qué hacer y nos veremos en un par de horas. Así que será mejor que te vayas, ahora Pierce.

— Creo que tengo algunos minutos más... — se acercó y beso tiernamente al principio, para después ser más dedicado. El tipo de beso que da indicios de que no terminará tan pronto. Sus manos bajaron desde los hombres hasta la cintura adueñándose de esta, logrando que Savannah se separara por unos segundos. Pero Edward se acortó de la escasa distancia besándola de nuevo con más intensidad.

Desde el mes que pasó sus días juntos fueron perfectos, aun con mínimos problemas, sin embargo, no llegaban a molestarle a Savannah. Incluso llegaban a causarle cierta gracia.

— Bien, bien. Es mejor que nos alejemos y tú vayas con Wyatt porque su paciencia no es mucha. — era cierto, muy cierto. Desde que llegaron los días previos a la Luna llena estuvo estresado y un poco irritable, pero por suerte Chiara lograba calmarlo. Era un alivio que ella se ofreciera, también lo hizo Cassie, aunque al evaluar la situación se dio cuenta de que haría mal tercio.

— Tendré que soportar sus gritos y tú estarás tranquila aquí. — hizo un puchero que no podía ser más adorable, por lo que Savannah esbozó una sonrisa.

— Tampoco me salvo, Chiara es igual de gruñona si nada es perfecto, así que ambos tienen algo en común.

Dos golpes se escucharon en su puerta, y por la fuerza con la que tocaron ya sé sabia quién era el responsable.

— ¡Escucha Pierce, sal de inmediato, no tenemos toda la mañana y los invitados llegarán en tres horas!

— No sé cómo Wyatt la soporta, es irritante a veces. — murmuró él.

— ¡Pierce, te escuché y ya sal de una buena vez perro gigante!

— ¡Que no soy un perro gigante! — tomó una bocanada de aire y la dejó ir, al menos así podía controlarse de derribar la puerta junto con su dolor de cabeza detrás de ella. Savannah negaba esbozando una sonrisa, pues les causaba risa de solo ver como ese par estaba en su momento de no soportarse.

— Si, si lo que tú digas, tienes solo un minuto y te largas de la habitación. — y sí que se controlaba para no cometer una estupidez.

Ya después de unos cuantos besos y que Savannah prometiera no tardar. Salió y se alejó a su habitación, y claro, no sin antes darle una severa mirada a Chiara. Por supuesto que a ella le importaba muy poco.

— Perfecto, ahora tenemos dos horas para que te veas radiante. — dijo una vez que cerrara la puerta y por si Edward tratara de entrar estaría con el pestillo puesto. Chiara dejó la caja con el vestido, el cual enamoró por completo a Savannah con solo verlo.

— Solo procura no propasarte con el maquillaje, recuerda que es una noche en la que no pretendo atraer todas las miradas.

Su mejor amiga destapó la caja dejando ver el hermoso vestido, un tono y estilo adecuado para la ocasión. Cubriendo lo necesario.

— Y, ¿estás lista para la noche? Me refiero a esta noche, a las diez, ya sabes tú y Edward en la habitación.

Savannah trataba de no reír, sé solo ver que Chiara estaba nerviosa y no sabía la razón. De las dos la que podía hablar sin ninguna pena sobre temas en basa a las relaciones sexuales se refiere.

— No te mentiré, estoy nerviosa, pero no tengo miedo. Edward es amoroso, a su manera, y sé que no me lastimaría a propósito. Y en todo el mes que pasó lo note distraído y nervioso, también ansioso, porque en cada beso lo dejaba muy en claro. Es muy importante para él.

— Para ambos, perderás tu virginidad. Es romántico hacerlo por primera vez con la persona que estás segura será la única, y si, sí sé que es extraño escuchar que digo esto. Pero...

— Wyatt tuvo mucho que ver, no tienes que decírmelo, y estoy feliz de que sea así. Él es una persona y hombre excepcional, de los que ya no hay. Desde que se conocieron hace algunas semanas fueron inseparables, y se ven muy bien juntos.

Chiara ya sonrojada por la pena, por el motivo de que nunca antes pasó algo como esto. Ella salía con chicos y no era nada serio porque solo quería conocer personas, pero con Wyatt las salidas fueron diferentes y más a menudo.

— El tiempo dirá si seguiremos viéndonos bien juntos, ahora ve a ducharte y luego a cambiarte. — le extendió el vestido y antes de que Savannah entrara al baño sonrió. Se sentía bien de solo ver a su mejor amiga feliz.

Maquillaje, y refiriéndose a todo lo general de ello, collares y aretes. Nada del agrado de Savannah porque no estaba acostumbrada a usarlo. Chiara esperaba que Savannah saliera del baño, mientras elegía los tonos más suaves que estuviera de acuerdo con la tez de la piel.

— Okay, ¿cómo me veo?

La mirada sincera de Chaira revelada su respuesta, y si su petición era no ser admirada por los que la vieran, lamentablemente no será posible. El peinado sería simple, el cabello suelto con ondulaciones cayendo sobre sus hombros y espalda. El maquillaje jugaría el papel del complemento que podría ser un collar o un par de aretes, para evitar la incomodidad por parte de Savannah. Leve rubor en las mejillas, un tono de labial apropiado, y el resto era sencillo y apenas se pensaría que su rostro recibió retoques.

Voila. — se hizo a un lado para que Savannah se viera en el espejo junto a su tocador. Sin duda Chiara hizo un estupendo trabajo y se lo agradece, ya que, aunque pareciera fácil maquillarse para ella no lo era — Aunque a decir verdad la belleza es natural, el maquillaje solo ayudo en un bajo porcentaje.

Como si fuera costumbre, dos toques a su puerta para luego Wyatt hacer su entrada.

— Luna, los invitados están comenzando a llegar.

Savannah miró a Chiara y sonrió. Ahora debía eliminar al menos la mitad de nerviosismo que sentía.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora