Savannah Foster, es una persona inteligente e independiente, que por azares del destino llega a manos del Alfa, Edward Pierce. Edward es alguien sumamente protector, tiene leves arraques de agresividad, y como es la naturaleza de cada licantropo, si...
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- Bien, no creo que el rollo de las almas gemelas, destinadas o el hilo rojo exista - Savannah bebió de su café y vio como Asher probaba de su fruta picada, se desvelaron viendo una película sobre las parejas que están destinadas a conocerse, un tema que estaba en duda para ella - Quizás solo fue suerte.
- No todas las películas tienen una trama irreal, pero creo que confunden los significados, piénsalo, iban a la misma tienda a comprar cómics y su lugar de paz era la plaza cercana a su casa.
- Como sea, debo irme, mi perfecta asistencia se verá manchada - agarro su bolso y luego de un corto nos vemos luego salió.
El día era soleado, perfecto, pero caminaba con cuidado, como si previniera algo o a alguien. Después de lo de ayer quedó marcada y probablemente reaccionaría diferente.
- ¡Señorita Foster! - se detuvo justo a seis casas de la suya, la señora Warren quien fue la primera en recibirla traía consigo un sobre de carta en sus manos.
- Buenos días, señora Warren, ¿sucede algo? - sonrió al acercarse al pórtico, le enseño el sobre y por fuera no había ningún nombre que diera indicios de su autor.
- Ayer por la noche un hombre me pidió que te entregara este sobre, decía ser pariente tuyo, por parte de tu padre si mal no recuerdo.
¿Familiar suyo? Hasta donde Savannah sabía solo tuvo un tío y fue el que falleció en un incendió, y le quedaban solo dos tías.
- Gracias, seguro es importante, lo leeré luego - la señora Warren asintió sin dejar esa adorable sonrisa, luego de la plática siguió con su camino. Por unos segundos vio el sobre para después guardarlo dentro de su bolso.
☆
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Edward realizaba una conferencia con algunos colegas e inversionistas, así llevaba una hora y si bien se notaba seguridad en su voz y expresión, hacía un gran esfuerzo por controlar su nerviosismo por saber si todo había salido como planeó.
- Y, eso es todo, espero que sigan con nosotros, gracias - miro a Wyatt quien le daba una señal de que debía hablar con él cuanto antes.
Luego de las felicitaciones y despedidas quedaron ambos, ocuparon sus lugares y Wyatt le entregó la carpeta con las fotos que pidió de Savannah, en ellas se veía como disfrutaba de la película y pizza junto con Asher, sintió enfado, celos y unas ganas golpear algo que pese a todo lograba controlar, ella no debía estar con alguien más.
- Deja de sacar conclusiones, puede tratarse de un amigo.
- Claro, por eso seguro paso la noche en su casa, quizás durmieron en la misma cama y ahora deben estar...
Destrozo cada foto hasta llegar a la última, pero se detuvo porque en ella se apreciaba la belleza de su mate. Era la única fotografía en la que aparecía sola. Sin el imbécil.
- Y por último la carta fue entregada, solo falta que sea leída.
Sonrió de solo imaginarla leyendo palabra por palabra, se esforzó en que cada una de ellas fuera profunda.
