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Tienda tras tienda y no aguantaba más. Savannah no era la típica chica que gozaba de pasar tiempo comprando ropa, pero según Edward debía al menos tener dos o tres cambios de para la semana. Lo cómico es que era él quien se entusiasmó más con la idea de comprar.

— Ocho bolsas de ropa y dos de zapatillas, Edward no estoy de acuerdo.

— Tómalo como regalos de cumpleaños atrasados. — le guiño un ojo y caminaron hasta la salida, Dorian los esperaba en el estacionamiento.

— Veo que compraron mucho. — dijo viendo las bolsas, Savannah entró y bajo a la mitad la ventanilla del auto — ¿Pasó algo?

— Solo que no estuvo de acuerdo, pero no hay problema, por favor, Dorian, llévanos a casa. — él asintió y Edward entró al auto. En el camino escuchaban atentos la plática de Dorian sobre que sospechaba que Juliette podría esperar un cachorro suyo. Savannah lo felicitó, pero pidió que no se emocionará demasiado si al final quizá no sucedía.

— No cariño, un hombre lobo tiene su olfato desarrollado a la perfección y el aroma de una mate embarazada es exquisito, y solo su compañero percibe.

— Otro dato súper interesante que cuesta creer. — murmuró.

Dorian soltó una breve risa y los miro por el espejo principal.

— Ya veo al Alfa en mi lugar, aunque las emociones serán el doble.

Y si, Edward desde que supo de la existencia de su mate uno de los planes que tuvo en mente con su compañera era tener cachorros, descendientes y su emoción crecía cada día.

— Seguro, pero creo que es muy pronto, ¿verdad Edward? — esperaba que le diera la razón, sin embargo, un beso robado en la mejilla la descolocó.

— De solo imaginarlo quiero que sea pronto, piénsalo una mini Savannah o un mini Edward, tal vez gemelos se...

Puso un dedo en los labios de Edward, no toleraba que fuera un soñador y menos si decidía por ella. No tenía nada en contra sobre tener un bebé, no un cachorro, un bebé, pero aún debía pasar tiempo.

Al llegar a casa Savannah no espero y entró con rapidez, Edward solo suspiro y miró a Dorian, él sabía perfectamente que no era fácil para ella, puesto que ser humana la dejaba en desventaja de entender la situación.

— Oye, antes de que pudiera saludar que Savannah corrió y se encerró en su habitación. ¿Qué pasó? — dijo Wyatt. Suspiro e indicó a Dorian subir las cosas a la habitación de su mate.

— Fue porque no controlé mi emoción y di por sentado que yo y Savannah tendríamos nuestros primeros cachorros.

— Edward, ¿tengo que recordarte que ella no es como nosotros? Humana, es humana y como tal no está acostumbrada a nuestra forma de vivir, pensar y reaccionar.

Lo sabía, solo que las emociones no podía controlarlas. Sonreía como un idiota de solo imaginar a Savannah con su pancita abultada y a sus cachorros, en un futuro podría ser una realidad.

Los cajones ya estaban ocupados por la ropa y las zapatillas en la repisa del armario.

— Dime que no te pidió nada a cambio. — Al dejar su celular antes de salir le respondió los mensajes con otros cuatro más, necesitaba llamarlo para tranquilizarlo.

— No Ash, no me pidió nada a cambio, solo vio que no podía estar con el mismo conjunto por todas las semanas.

— ¿Semanas? Savannah, ¿cuánto tiempo más planea tener ahí? Sabe que hay una denuncia en su contra, podría ir a la cárcel.

— A estas alturas creo que ya está enterado por Wyatt, pero no fue así, créeme la historia es distinta. Estoy bien, si fuera un secuestro estaría incomunicada de todas las maneras posibles y no hubiera ido al hospital a ver a Dane. — Asher no lo creía. Dane decía la verdad, Savannah quería verlo. Le tomó unos minutos procesar todo, y ella solo pudo pensar que si le confesara todo de golpe probablemente Asher estaría desmayado por la información.

— Okay, entiendo, solo dime que volverás.

— Por supuesto, Edward es un buen hombre y me dejará ir. ¿Ahora estás más tranquilo?

— Sí, y algo me dice que pedirás confidencialidad. — Savannah suspiro aliviada de que por sí solo lo supiera. Ya con Asher eran dos personas que al menos sabían de la situación. Esperaba que el día en que regresará a ver a su familia la verdad no fuera tan dura de entender.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora