La mañana del día siguiente fue diferente a las demás. Despertó y de inmediato recordó esas dos palabras. Te quiero.
— ¿Esa sonrisa tiene dueño y motivo? — miro hacia la puerta y ahí estaba Juliette. Sonrió ampliamente y cubrió su rostro — ¿Qué tal les fue ayer?
— ¿Cómo crees?
— Edward duerme plácidamente, así que pienso que no está tan mal. ¿Me equivoco?
— No, estás en lo correcto. Edward no pudo controlar sus celos, sin embargo, no lastimó a nadie.
— Y tus padres...
— Se pueden decir que lo consideran un buen hombre y que les agrada, pero no saben que es... bueno que somos algo.
— ¿Aún no hay título?
— No lo sé. ¿Los hombres lobos también tienen títulos como novio o novia?
— Usamos más el término mates.
Savannah salió de la cama y se acercó hasta su celular cuando minutos antes vibró.
— ¿Sucede algo? — pregunto Juliette.
Era un mensaje de su madre, al parecer Edward causó una muy buena impresión, así que estaba invitado en Navidad.
— Navidad en casa de mis padres y como invitado especial, Edward Pierce.
— Eso es genial, lo integran más a la familia, deberías estar emocionada y feliz.
— Lo estoy...
— No lo parece, dime la verdad Savannah.
— Me dijo que me quiere.
— Linda, es eso es algo muy evidente, ahora, ¿qué es lo que sientes tú? — la dejó helada y es que en el tiempo que llevaba con Edward no se preguntó qué era lo que sentía por él. No negó en ningún momento que el Alfa era un hombre carismático y atractivo, tampoco ese cosquilleo que recorría su cuerpo en algunas ocasiones. ¿Pero lo quería?
— No... No lo sé.
La mañana avanzó hasta cumplirse las dos en punto de la tarde, Savannah descansaba en la piscina y por suerte todo estaba en calma. En su mente era una estación de trenes, sus pensamientos llegaban a su destino y luego se iban, y luego otro.
— Si sigues pensando te dolerá la cabeza.
— Entonces, ¿qué haces cuando necesitas una respuesta? — murmuró.
— Despejar la mente lo más que puedo.
— Wyatt que pasa si yo no correspondo a los sentimientos de Edward. ¿Qué haré cuando me pregunte si lo quiero o.... o si lo amo? No me gusta mentir.
— No lo harás, créeme. Ahora si te preocupa no sentir lo mismo no debes preocuparte, querer o amar a una persona puede tomar un buen tiempo. Y si lo dudas aún, te diré que el futuro es incierto.
— Solo no quiero lastimarlo.
— Esa es una señal, le tienes cariño y crecerá, solo debes relajarte.
Relajación ven a mí, pensó ella.
Luego de que Wyatt se retiró miro la piscina, en los días que llevaba ahí se metió por ningún motivo. Tal vez sea un buen momento, pero no traía traje de baño...
— La ropa interior es parecida... — murmuró y luego de dar una mirada a la puerta del jardín, y ver que nadie estaba cerca se despojó de cada prenda. Excepto lo esencial.
Disfruto del leve frío del agua y nadó unos cuantos minutos, ya entendía a Edward. De momento sin quererlo recordó esa noche, su abdomen marcado con gotas escurriendo por todo su cuerpo, la voz grave y gruesa. Mordió su labio, se veía jodidamente bien. Más que bien.
— ¿Me leíste la mente o es que me esperabas? — volteó y fijó la mirada en la puerta, ahí se encontraba el Alfa con una amplia sonrisa, y si, con solo un traje de baño puesto.
— Edward...
— No te preocupes, aunque fuera mentira, agradezco que se te ocurriera la idea.
Asintió y trató de quitar la mirada de su cuerpo, sus pensamientos solo se basaban en lo excelente que estaba.
— Espero que no te moleste compartir la conmigo. — y entró, pero no se acercó más de lo debido. Las mejillas de Savannah enrojecieron levemente, un tono carmesí y si, se dio cuenta de que la vería en ropa interior. Sentía vergüenza porque para su mala suerte algunas partes se traslucen. Maldecía por no haber escogido otro tipo, si no hubiera sido por Edward y su insistencia por irse rápido.
— ¿Qué pasa? — negó rápidamente — ¿Entonces...?
— Tengo frío y será mejor que salga.
— Savannah el clima está perfecto e ideal para estar en el agua, ¿y dices que sientes frío?
Pésima excusa, evidentemente para nada creíble.
— Quede en llamar a Chiara, se acerca Navidad y debo organizar con ella la cena, es una sorpresa. — mentira, de eso siempre se encargaban sus padres, más Charlotte que Richard.
— Luna, no es bueno que le mienta a su Alfa.
— Yo no...
— Tu madre dijo que ella se encargaría y que estoy más que invitado, al parecer mis miradas hacia ti fueron muy evidentes.
— Sabe de nosotros...
— Tiene sospechas, pero es mejor.
Suspiro y nado hasta la orilla de la piscina.
— Savannah estás extraña, rara y te siento distante o me evitas.
Dolor. Dolor en su pecho. Una presión. Edward estaba mal, y era lo que quería evitar. Sintió sus fuertes brazos abrazarla por la cintura y la respiración ajena en su cuello.
— Si hubiera sabido que luego de decir lo que sentía me evitarías, hubiese callado. — susurró.
— No es sano guardar lo que uno siente.
— Prefiero eso, sabes lo causa tu distancia. No me gusta, nos estaba yendo bien y comenzábamos a formar nuestros lazos.
Era cierto, se llevaban de maravilla.
— Eh, cualquiera que te escuché pensaría que estoy empezando a odiarte. — la tensión que sentía al comienzo de su cercanía quedó en el olvido gracias a las caricias que sus manos daban a su abdomen levemente plano.
— ¿Y no es así?
— Para nada, no te odio ni, aunque tus celos sin motivo vengan en el paquete. — sonrió levemente y acarició sus fuertes manos — Edward...
— Te quiero, te quiero desde antes de conocerte y te querré siempre. Sé que en las escaleras del amor subiré hasta la escala de: te amo. Aunque tú no llegues a la de: te quiero.
Escalas.
— Tienes que entender que en el tema de amor yo no soy como tú, me refiero a que yo no siento como tú y, tal vez demoré...
— Pero...
— Tiempo al tiempo.
Sonrió y dio media vuelta para verlo. Aún sus manos seguían en el mismo lugar, pero las caricias cesaron.
— Ese traje de baño...
— De hecho, es ropa interior...
— Te queda de maravilla, deja lo exacto a la imaginación. — susurro y sí, pasó.
Hubo un beso de esos que son apasionados y esperados.
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Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |
Lupi mannariSavannah Foster, es una persona inteligente e independiente, que por azares del destino llega a manos del Alfa, Edward Pierce. Edward es alguien sumamente protector, tiene leves arraques de agresividad, y como es la naturaleza de cada licantropo, si...