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Pensaba y pensaba, solía hacerlo cuando caminaba luego de comprar un par de velas y disfrutaba al hacerlo. El silencio y el viento que movía su cabello, sin duda una relajante combinación.

— ¿Creen que es cierto? — volteo a ver a Chiara — Solo pensar que fue tan... tan... fácil que estén juntos.

— ¿Peter y Lara? — dijo Asher — Yo no lo creo fácil, en realidad fue obra del destino.

— Fue obra de su hermana, Kiri o Kitty.

— Fue por una buena causa, así Lara ya no tendrá que pasar las tardes y noches sola en casa.

— Por favor, ¿qué tiene de malo pasar la tarde sol? — Asher soltó una breve risa y agarró un puñado de palomitas.

— Tal vez no cuando ya tienes a alguien, ¿no es así, Fisher?

Savannah se levantó y los miró a ambos. Por qué tendría relación Asher en eso... O es que...

— ¿Sorpresa...? — murmuró Asher.

— ¿Y quién es la afortunada?

— Querrás decir afortunado...

Tal vez con eso ya se hacía una idea de quién era.

— ¡Baja esa almohada, Foster! — dijo Asher agarrando otra — Te lo iba a decir, lo juro.

— No, no es verdad.

— No está ayudando Chiara. — susurro él, temeroso.

— ¿Desde cuándo? ¿Son novios o solo salen?

— Si te dijera lo primero...

Y una almohada impactó en su cara.

— Y eso es para que no me ocultes nada la próxima vez. — se levantó y fue hasta el baño. Estuvo unos minutos dentro procesando la información que le dieron hace unos segundos, y no estaba enfadada, para nada, solo que imaginarse a su hermano con su amigo/roommate sería cuestión de asimilarlo.

Sabanas salidas de la cama y almohadas en el suelo, también un Edward mirando por la ventana en dirección a la entrada de la manada. Aún se sentía el grandísimo idiota del mundo entero.

— Deja de lamentarlo porque ya no puedes hacer absolutamente nada.

— No puedo Wyatt, le fallé.

— Eres un imbécil, no lo niego, pero no me diste muchos detalles...

— Basta con decir que soy un idiota y todo lo que le sigue.

Suspiró y agarró su celular, eliminó una por una las fotos, y fue directo a sus contactos.

— Ni se te ocurra llamarla, sé que eres capaz de contarlo y por llamada no es exactamente la mejor forma...

— Me odiará.

— Te recuerdo y repito que no tengo mucha información sobre eso...

— ¡Y te recuerdo que tú dijiste que ella no entraría a mi casa! ¿Y qué pasó? ¡Ella entró!

En el momento que Wyatt iba a hablar fue interrumpido por el vibrar del celular de Edward.

— Ni se te ocurra contestar. — advirtió y luego agarró el celular — ¿Savannah? — le hizo señas a Edward de que se callara — ¿Cuánto tiempo? — suspiró — No, no hay ningún problema con Edward, no creas nada de Google.

Y colgó

— ¿Qué pasó? — al ver que Wyatt se quedó callado entró en pánico — ¡Qué pasó!

— Cuando llamé ayer por la madrugada Savannah estaba durmiendo, pero tuvo... — suspiro — Tuvo problemas para conciliar el sueño.

— Maldita sea la hora en la que subió esa perra, aun no entiendo... Si tome los supresores... — suspiró — No entiendo como falló.

Wyatt negó al no entender tampoco, pero el misterio no quedaría en ello.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora