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- Está bien, por el momento necesitamos que el señor Halle firme con nosotros, es muy importante tener

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- Está bien, por el momento necesitamos que el señor Halle firme con nosotros, es muy importante tener... - dos toques a su puerta interrumpieron la reunión que tenías Edward y Wyatt - Espero que sea importante.

- Calma, Edward. - Wyatt miró al guardia.

- Alfa, encontramos a extraños merodeando por el bosque. - informó.

Edward frunció su entrecejo y se acercó, lo que más detestaba eran entrometidos en sus tierras.

- Descríbelos, ahora, Cirio.

- Edward deja de ser tan severo. - intervino su Beta y dio una mirada de suave al hombre que se le notaba temeroso por la actitud del Alfa.

- Son humanos. - comenzó más relajado y extendió el celular con cuatro fotos, se les veía dormidos, Edward miró con mucha atención a cada miembro, pero en especial a Savannah, mientras escuchaba como fueron encontrados - ¿Debemos dejarlos ir o....?

- Que se quede solo la chica, Cirio, lleven a sus padres y hermano devuelta al auto. - Wyatt no entendía por qué ordenaba aquello, pero no debía contradecirlo, así que guardo silencio al igual que el guardia.

Al estar de nuevo solos continuaron resolviendo los asuntos de la empresa, por lo que no hubo oportunidad de preguntar por el tema de la chica.

- Bien, creo que eso es todo, necesitamos cumplir con todo lo acordado. - finalizo al cerrar su libreta, Wyatt notó que Edward queda mirando a la nada, quiso analizar su expresión, más fue inútil - ¿Edward? ¡Edward!

Salió de sus pensamientos y pronto atención a Wyatt.

- Sí, sí también pienso lo mismo, solo debemos llamar a más inversionistas...

- No estaba hablando sobre eso, qué pasa Alfa, ¿es por la chica?

- Sí Wyatt, es por ella. - suspiró - Ella es la chica a la que busque por mucho tiempo.

- Entonces primero debo pedir que te controles, sé que las emociones pueden dominarte. - asintió.

A pasos calmados salieron de la oficina y al llegar a la sala el aroma delicioso a vainilla inundaba el ambiente. Su sonrisa fue amplia con solo ver a su mate acostada en el sofá.

- ¿No es hermosa? - murmuró.

- Lo es, pero cuando se despierte tal vez no. - soltó una breve risa, al que molestó a Edward y Wyatt de inmediato aclaró - Me refiero que entrara en pánico al ver que en lugar desconocido.

- Le explicaré y entenderá.

- Claro, lo dices tan sencillo, pero no lo es. No creo que saber que es tu pareja predestinada elegida por la diosa Luna, además de que será nuestra Luna.

- Haré que entienda.

- Está bien y en medio de ese intento, por favor no olvides que no es como nosotros, evita presionarla, puedes ocasionar que escape.

Edward notó que se movió y poco a poco despertando de su sueño, Wyatt ordenó que los dejaran a solas, así habría más oportunidad de que entraran en confianza, tal vez.

- ¿Dónde estoy? - se acercó y tocó la mejilla de ella, el tacto sin duda la alertó y se alejó de inmediato - ¿Quién eres?

Savannah lo miró con evidente desconfianza, pues su cercanía no le agradaba, Edward sintió dolor con solo saber que lo quería lejos.

- Edward, Edward Pierce.

- ¿Dónde estoy, Edward? - pregunto con cierto temor.

- En el bosque, pero para ser más exactos en mi casa.

- ¿Por qué? No tengo nada que hacer aquí, recuerdo haber estado en el auto esperando que mis... - recordó que aún no sabía nada de su hermano ni sus padres.

- Tu familia está a salvo al igual que tú, no tienes que preocuparte.

- ¿No tengo? Estoy en una casa de un completo desconocido, no sé dónde está mi familia y dices que no debo preocuparme.

- Ellos están bien, no seas tan desconfiada.

- Claro, no debo desconfiar de una persona que apenas conozco, sí, es completamente posible - la paciencia de Edward se agotó, no estaba acostumbrado a que le llevaran la contra y Savannah no lo sabía, por eso inhalaba y exhalaba lentamente aire para así poder tranquilizarse.

- Por favor, déjame irme.

- No puedo dejarte ir, te necesitó. - la expresión en el rostro de Savannah era de confusión, no entendía por qué decía que la necesitaba, pensó por un momento que podría no estar cuerdo - Es complicado de explicar, tal vez lo más posible es que escapes en medio de la verdad.

- Habla ya.

- Bien. - tomo el lugar al lado de Savannah y tomo una bocanada de aire - Debes estar enterada de esas películas sobre personajes sobrenaturales, ya sabes... Vampiros, hombres lobo, etc. No entran en detalles sobre la vida que llevan o cuál es su propósito, al menos en mi opinión, pero a lo que quiero llegar que soy un hombre lobo.

- ¿Hombre lobo? ¿Hablas de ese perro grande? - Edward gruñó al oír como se refería a su especie - Lo siento, así es como los comparo.

- Bien, pero no somos iguales. Hablo del tamaño, naturaleza y el vínculo.

- Okay, claro, eres un hombre lobo y yo una bruja, ahora debo buscar irme volando en una escoba. - soltó una breve risa que molestó al Alfa - Oye deja de ser tan gruñón, y también de convencerme de que eres un ser sobrenatural, porque estas lejos de lograr que te crea.

- Es verdad, nunca mentiría con lo que soy ni lo negaría, debes creerme.

- Okay, aunque fuera cierto, por qué estoy aquí.

- Los hombres lobo tienen una mitad, la persona es nuestra pareja predestinada y la diosa Luna es la que nos la otorga. Pero nunca hubo un caso en el que la pareja predestinada de un lobo fuera un ser humano.

- Entonces puedo decir que yo soy tu persona predestinada y estoy obligada a quedarme aquí.

- Estamos unidos, si nos separamos moriremos porque tú eres mi fuerza y mi complemento, al igual que yo para ti. - tomo su mano y acaricio con sus dedos los nudillos de ella - Eres mi Luna.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora