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— No tengo hambre. — Savannah retiró el plato. Edward desde que comenzaron a cenar notó que algo no iba bien con respecto a ella, pero no quería preguntar.

— Sabes que puedes decirme lo que te aqueja sin ningún problema. — ella asintió — ¿Hago mal si te pregunto?

— No es tan importante Edward, solo debo descansar y se me pasará. — definitivamente no le creía, tampoco insistiría, quizás podría enfadarse y no le hablaría.

— Sube a descansar, seguro mañana será otro día. — Savannah sonrió débilmente y subió luego de desearle buenas noches. Edward debía averiguar qué pasaba, con un poco de suerte tal vez Wyatt lo sabría. Lo llamó y él vino sin tardar.

Al principio no entendía por qué la información que le daba su Beta era por partes, en las pausas pedía que tuviera autocontrol y respirar profundo. Edward accedió y con total atención escuchó la información por completo.

— Entonces quiere ver a su hermano...

— Para ser más específico a su familia Edward, casi está por cumplirse la tercera semana que lleva con nosotros, es normal que los extrañe.

— No puedo.

— Sí puedes, lo que sucede es que no quieres, temes que ella no esté a tu lado luego. — llevaba la razón, Wyatt lo conocía y entendía, si Savannah regresaba era solo una suposición — Tienes que pensarlo, quieres que ella esté feliz, su familia la extraña como no tienes idea y lo sabes muy bien.

— Sus padres no lo aceptarán, creerán que estoy loco. — suspiro.

— Bueno, aunque no te conozcan piensan que eres el secuestrador de su hija, así que...

— No estás ayudando, Wyatt, quiero que ella sea feliz y si dejo que vaya mañana corro el riesgo de que todo se complique. — analizaba todos los pros y contras de mañana. Por un lado, al fin conocería a los padres de Savannah, les confesaría que ama por completo a su hija y que ella a su lado sería la mujer más feliz sobre la tierra. Sin embargo, al verlo llegar con ella, sus padres no dudarían en llamar a la policía y entregarlo a las autoridades.

— Tienes la noche para pensar, estaré despierto por si necesitas consejos. — asintió y dejó que Wyatt se retirará a su habitación. Como Juliette estaba descansando en su habitación, ya que estaba en estado, él se encargaría de la cocina y por supuesto que no tenía problema con ello.

Al estar acostado boca arriba se imaginó distintos escenarios, aunque su imaginación tal vez no sería la más indicada para ayudarle. Miró la pantalla de su celular, se fijó en la hora y casi marcaban las once con treinta minutos.

— ¿Será buena idea si digo que sí? — murmuró.

Quería que Savannah fuera feliz y si estaba en sus manos haría lo que fuera para lograrlo, arriesgaría todo y sin pensarlo.

Estaba decidido.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora