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— Por última vez no, no pasa nada con Edward, mamá.

— Savannah, hija, soy tu madre y te conozco lo suficiente como para saber que estás mintiendo. Además, los vi en el cumpleaños de Demián y es más que obvio lo que esconden.

— Pues está fallando tu sexto sentido maternal, Edward y yo solo somos amigos.

Llevaba hablando con Charlotte desde hace casi media hora y en ese lapso de tiempo no logró convencerla de que entre ella y Edward no pasaba nada, aunque no fuera verdad.

— En navidad deben venir en la mañana y no busques excusas para que Edward no venga porque me adelante y lo invité.

— Lo sé, me lo dijo.

— Perfecto, entonces te dejo hija, debo salir con tu padre a comprar algunas cosas. Descansa y nada de cosas frías.

— Sí, mamá. Adiós, cuídense.

Colgó.

A veces no toleraba a su madre cuando se inmiscuye en sus asuntos, pero por más que le pidiera no hacerlo, era imposible.

Agarró una toalla para terminar de secar su cabello, pues antes de la llamada se duchó. Fue relajante, pero comenzó a sentir incomodidad por tener el cabello húmedo.

— ¿Savannah? — era Wyatt — ¿Puedo pasar?

— Claro, pasa.

— Bien, aún Edward no regresa, pero puedes cenar si quieres...

— ¿No regresa? Se supone que debería estar ya aquí, Marian seguro que necesita mucha ayuda.

Sí, le mintió diciendo que Edward fue a la empresa para ayudar a su hermana, era lo único que se le ocurrió. Savannah no desconfiaba de Wyatt y menos de Edward, porque no había razones para no hacerlo.

— De seguro estará en unos minutos aquí...

Sonó el timbre.

— Debe ser él. — ambos bajaron encontrándose con un Edward enfadado.

— Edward que bueno que llegas yo... — y paso por el lado de Savannah sin decir nada, dejándola confundida.

— Debe ser un problema, no te preocupes ve a cenar y yo me ocupo. — le dedicó una amable sonrisa y siguió a Alfa hasta su oficina.

Cerró la puerta y vio como Edward se miraba en el espejo junto a su escritorio, serio y enfadado. Le tomó unos minutos por fin preguntar por qué ignoró a Savannah, solo recibió una mirada por parte del Alfa dando entender que no quería hablar. A Wyatt no le importaba, y siguió insistiendo.

— ¿Qué parte de no quiero hablar no entiendes! — grito y estaba completamente seguro de que se escuchó hasta fuera de la casa, mañana todos estarían comentando.

— ¿Si entiendes que Savannah no tiene la culpa de lo que sea que causó tu enojo? ¿Siquiera estás arrepentido? — suspiró — Edward, ella estaba preocupada porque no llegabas.

— Quiero estar solo, vete Wyatt.

— Y yo que me expliques qué diablos te pasa.

— Nada, no me pasa nada. — su celular vibró llamando la atención de su Beta — No estoy de humor, retírate.

— Primero contesta, debe ser importante.

— Luego la llamó.

— ¿La? No te estarás refiriendo a...

— Sí, sí hablo de Amanda.

Suspiró y al cesar el vibrar Wyatt no entendía absolutamente nada. ¿Por qué lo llamaba?

— Edward...

Dos toques a la puerta interrumpieron la conversación.

— Adelante.

Dorian quien se le veía serio se acercó a ambos.

— Alfa, la señorita Amanda está en la sala esperándolo.

▪︎▪︎▪︎▪︎▪︎

Empezaron los problemas.

La idea de que Amanda aparezca es distinta, en un comienzo quería que su participación fuera buena, pero necesitaba una villana, así que...

Quedan pocos capítulos para llegar al final.

Disfruten los capítulos restantes.

¡Nos leemos luego!

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora