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— Bien, ya están a cuatro cuadras, debo ir por ellos y tú te encargas de que no sospechen nada, ¿de acuerdo?

— Vale, ahora ve y aprovecha de que están distraídos con Dane. — por suerte Dane atrajo toda la atención, ya que de nuevo quería levantarse y salir a buscar a su hermana.

— Vuelvo en un par minutos. — extendió su mano hacia Asher.

— ¿Qué? ¿Quieres para el taxi? — suspiró y sacó un billete de diez dólares, pero al extenderlo hacia Chiara, ella no lo recibió — ¿Qué? ¿No es dinero lo que quieres?

— Tus llaves, ahora.

— Chiara, es ridículo no es mucho lo que tienes que caminar, no entiendo por qué necesitas mi auto. — saco las llaves de su bolsillo — Además no tienes licencia para conducir y...

Le interrumpió agarrando sus llaves y saliendo de prisa. Era cierto que cuatro cuadras no ameritaban conducir, sin embargo, Asher adquirió un nuevo auto y Chiara quería conducirlo, así que por qué no aprovechar la situación.

— Deja de suspirar, me estás poniendo nerviosa a mí, Edward.

Por tercera vez Savannah trataba de tranquilizarlo, creyó que al salir del auto podría controlar su nerviosismo. No fue así.

— ¿Crees que les agrade?

— Si les decimos que me rescataste no creo que te detesten, así que tú tranquilo y...

— ¿Y tú nerviosa?

— No, yo también me tranquilizare. Además, no es como que les diremos que eres un hombre lobo, Alfa de tu manada y yo la Luna, en ese caso podría entender que sintieras nervios y hasta un poco de temor.

Savannah tenía un punto a su favor.

— ¿Entonces ya lo aceptas? — Edward esbozó una amplia sonrisa.

— Digamos que no me queda de otra. — soltó una breve carcajada — El título no me queda nada mal, ¿no?

— Te queda perfecto.

Ambos sonrieron y Edward iba a hablar de no ser porque Chiara tocó el claxon.

— No puede ser... ¿En tan poco tiempo te dieron tu licencia y tienes un auto?

— No y no, el auto es de Asher y mi licencia...

Suerte que por aquí no pasa la policía, pensó Savannah.

— Luego me cuentas, ahora vamos.

— ¿Y él se presenta solo o qué? — señaló a Edward. Savannah suspiro y subieron al auto.

— Chiara, él es Edward Pierce y Edward, ella es Chiara mi mejor amiga. — la miró — ¿Contenta?

— No. Sé que me dijiste que es un hombre lobo, pero aun no entiendo el rollo de nates.

— No es nates es mates, y básicamente sería mi novio, así que espero entiendas...

— ¿Y ya tuvieron sexo?

— Chiara...

— No, porque considero que aún no estamos listos para ese paso, no quiero forzar a Savannah, necesito que sus sentimientos sean claros antes de eso.

— Por eso... — murmuró Savannah — ahora, no es que no me guste que te familiarices con nuestro tema, pero ¿ya podemos ir a casa?

— Vale, pero luego tenemos que hablar Sav, Cassie debe saber de esto.

Sin decir ni una sola palabra más condujo hasta casa.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora