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Cuentas, ventas y ganancias, aunque terminó con un buen promedio en la escuela, justamente entre los cursos estaba matemáticas, no terminaba de agradarle, al menos cuando su humor no era el adecuado para lidiar con los números

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Cuentas, ventas y ganancias, aunque terminó con un buen promedio en la escuela, justamente entre los cursos estaba matemáticas, no terminaba de agradarle, al menos cuando su humor no era el adecuado para lidiar con los números.

— Sabes que puedo hacerlo. — escucho como Chiara y Damián platicaban desde la cocina, ese par era la perfecta combinación para un excelente día, si es que no tuve uno ellos lo arreglan. Pero en estos momentos no podían.

— Sav, podrías decirle que no irá a esa salida con el idiota de Gary, no me fío de él. — sí, así se llamaba el chico del que hablaba unas horas antes. Gary. Sin embargo, pensaba lo mismo, como tampoco lo contradecía, en realidad no puedes confiar en un chico que conoces por chat.

— Por favor, Dem tengo casi veintidós años, para un poco con el papel de padre, tengo todo bajo control.

— Además gastas tu tiempo, yo dije lo que pensaba y lo tomo, más no lo siguió.

Demián suspiro y sonrió levemente, las quería y se preocupaba por ambas, por eso desconfiaba de los chicos.

— Estaré en la cocina por si me necesitan.

Ambas se miraron cuando se fue, del grupo de amigos Damián era el mayor, luego le seguía Benjamín, Marcus y Cassie, al final con veintidós ellas.

— Siento que cuantos más años cumple su carácter aumenta. — Chiara tomo su delantal y lo coloco alrededor de su cintura haciendo un nudo - Por cierto, debemos organizar sus veinticuatro y pronto, ya sabes, tus bebidas especiales, esas famosas pizzas que haces y por favor, que esta vez sea sorpresa.

Savannah sonrió al recordar que por descuido suyo su cumpleaños número veintitrés no fue exactamente una sorpresa, ya que Damián la escucho hablando con Marcus en el trabajo. Y aunque se fingiera que seguía todo en el anonimato, fue imposible.

— Lo prometo, pero esta vez tú te encargas de los ingredientes, tenemos listas las películas con Netflix y Benjamín y Cassie se encargarán de las bebidas, y, por último, Marcus distraerá a Demián.

— Imagino que verás el tema de tus padres, ¿no?

Savannah asintió.

— Pero dejaré que pasen unos días y el viernes le llamaré a Dane.

— Buena decisión, ahora debemos atender a los clientes. — señale a los que estaban sentados en las mesas cercanas al ventanal. Savannah se acercó a tomar la orden, pero se detuvo al escuchar un poco de la conversación de la pareja.

— Brenda, juro que ese hombre aullaba, al asomarme lo vi, parecía enfadado antes, y no trates de que piense que estoy loco. — el chico que miraba como su novia tomaba su mano daba suaves caricias.

— Dave últimamente te desvelas mucho, es normal que puedas confundirte.

Quería saber, pero se veía inapropiado entrometerse, aunque también comparta en un cincuenta por ciento la experiencia.

— No, no yo sé lo que vi y escuché y...

— Buenos días, bienvenidos a Coffe Coffe, ¿puedo tomar su orden? — la expresión en el rostro de Dave relajó, se notaba la frustración que sentía al ver que su novia no creía en él.

— Dos cafés y un pastel de manzana, por favor.

La incomodidad en el rostro de Brenda era notoria, pero lo que le quedaba por hacer era hacer su mejor esfuerzo por disimularlo.

— Está bien, en cinco minutos estará lista su orden.

Al retirarse sus pensamientos iban de un lado a otro, las palabras de Dave encajaban con lo que cada noche escuchaba, así que no alucinaba, podía estar tranquila.

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora