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Savannah suspiro mirando la ventana del auto.

— Llevamos veinte minutos dentro, ¿no piensas salir?

— Espera.

— Eso dijiste hace veinte minutos.

— Pues, esperar otros veinte minutos más porque yo no voy a salir, no quiero verlo.

— Estás siendo dramática, en algún momento saldrás y hablarán, debes hacerlo ahora. — suspiro al ver que Savannah no le prestaba la más mínima atención — Además de seguro está encerrado en su habitación.

— Ojalá sea así. — murmuró ella y salió seguida de Wyatt.

El interior de la casa estaba en total calma, casi el reloj marcaba las siete con treinta.

— Iré a su habitación, de seguro aún no cena.

Savannah asintió y caminó hasta el jardín.

— ¡Savannah!

— ¡Qué pasó!

Ella se detuvo.

— Edward no está.

Sintió una presión en su pecho y al darse vuelta vio lo que menos se esperaba.

— ¡Wyatt! — grito alarmada y corrió hasta la piscina. Se lanzó para intentar llevarlo hasta la orilla, con trabajo apenas lo logró — Edward, despierta.

Del pánico comenzó a llorar, el cansancio dominaba su cuerpo y pedía que aparezca Wyatt.

— ¡Savannah! — con dificultad miro hacia él. Sin preocuparme por preguntar lo evidente corrió hacia ellos y ayudó a sacarlo por completo de la piscina. No sabían cuánta cantidad de agua había en su cuerpo, aún con el RCP no era posible que despierte. El agua seguía en él y aquello le impedía hacerlo.

— ¡No funciona, Savannah no está funcionando! — agarró su celular y marco a un hospital, por suerte no tardaron en contestar y pudo pedir una ambulancia, mientras Savannah hacía lo posible porque Edward despierte.

— ¡No sé, Wyatt! ¡No sé! — al borde del llanto hacía de nuevo RCP, las posibilidades de que despertará seguían. Se detuvo para tomar el pulso, pero era escaso.

— Es inútil. — murmuró Wyatt. Sus lágrimas descendían y más al ver que ella intentaba que Edward logrará respirar. La manera en la que Savannah se negaba a dejarlo ir, sin duda lo quería.

— No, no te irás, Edward. — sollozó sin cesar la presión en el pecho del Alfa — No te dejaré. — sus lágrimas bajaban como el agua de una cascada y el nudo en su garganta se formaba poco a poco — ¡Despierta, por favor!

Wyatt cubrió su rostro al no saber que hacer, solo estaban en casa ellos y Edward.

Savannah miró a Wyatt nerviosa de no saber qué más hacer, las ideas estaban agotadas y el tiempo se acortaba segundo a segundo. Sentía dolor, miedo e impotencia.

— Edward puede estar...

— Ni se te ocurra decirlo, él no morirá, la ambulancia vendrá a tiempo. — abrazó el cuerpo del Alfa y dejó besos en ambas mejillas — No puede morir.

— Savannah.

— No, Wyatt. — lo miró — Hay más por hacer.

Inclinó su cabeza acercando su rostro al de Edward, cerró los ojos pidiendo que funcionara. Era la única alternativa que se le ocurrió. Respiración boca a boca.

Wyatt quien miraba con atención se mantuvo a una distancia. Pasaron unos segundos, pero no los suficientes para llegar a un minuto.

Todo rastro de miedo se esfumó. Edward ya se encontraba escupiendo lo poco de agua que le quedaba en el cuerpo, pero aún no estaba del todo consciente.

— La ambulancia no tardará en llegar. — Wyatt sonrió al ver a Edward sonreír leve.

Savannah no dejaba de esbozar una amplia sonrisa al saber que la vida del Alfa ya no pendía de un hilo, respiraba y con descanso estaría bien. Solo debían hacerle unos estudios para saber que no tenía nada malo. 

Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora