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— Marian, Savannah está arriba y no, no puedes verla aún. — Wyatt miró a Marian quien solo vio los ojos, ella no entendía por qué aún no es el momento según Edward.

— No le haré daño si eso es lo que te preocupa, además no tendría razones para hacerlo.

— No sé cómo reaccionaría ella.

Si bien Savannah sabía de la existencia de Marian, el pensamiento de que pudiera juzgarla como lo hizo el padre de Edward suceda de nuevo le generaba una sensación de inseguridad.

— Yo creo que al menos se debería hacer el intento, Marian no es como George y lo sabes. — por ese lado tenía razón, Edward aún no sacaba de su mente esos sollozos de su mente, la veía dormir y aún esas lágrimas secas estaban plasmadas en sus mejillas.

— Su habitación está a dos puertas después de la mía. — bastó para que subiera y los dejará a ambos solos.

Savannah miraba por su ventana y miraba el cielo despejado, con un tono celeste con una intensidad baja y pensando en los días que llevaba viviendo con Edward.

— ¿Savannah? — volteo al escuchar que la llamaban, se acercó y abrió.

— Hola, ¿tú eres...? - por sus facciones reconocía que tenía un parentesco con Edward y lo confirmó al verla a los ojos — ¿Eres Marian, la hermana de Edward?

— Si, soy yo y lo siento si subo de sorpresa. — Savannah se hizo a un lado para qué pasará — Edward temía que te lastimará...

— ¿Lastimarme?

— No físicamente, creo que ya estás enterada de que George, mi padre y el de Edward, no están muy de acuerdo contigo.

— Hace poco me enteré de lo que piensa sobre mí, pero no me afecta tanto como piensas.

— Eso no es lo que piensa Edward, lo veo más preocupado que hace unas semanas cuando aún te buscaba. Y que no te afecte tanto, no lo creo.

— Solo no comprendo por qué no le agradó, me refiero a que solo por ser humana me juzgue sin conocerme antes, ya me sentencia a ser la peor compañía para su hijo.

— Por un lado, debes entender, eres la primera humana como mate de un hombre lobo y Luna de la manada, desconfía de lo que puedas hacer y el papel que debes cumplir.

Savannah suspiro y volteo a ver su celular cuando vibró, era un mensaje.

— Aunque por tu expresión lo de mi padre no es lo único que te agobia... — lo agarro y vio la pantalla, era de Asher.

— Mi hermano ayer lo dieron de alta en el hospital y aunque pude ir a verlo, no hablé con él. Tampoco dejé que supieran que fui a verlo, piensan que en mi lugar fue una amiga de Dane.

— ¿Por qué no puedes?

— Edward.

Lo resumió con solo una palabra, Marian entendía ahora todo y no estaba muy de acuerdo con su hermano. ¿Impedirle ver a su hermano y familia? Ya sobrepasó la línea y por mucho.

— Hicieron una denuncia por mi desaparición, Edward teme que me alejen de su lado y yo por la reacción de mis padres cuando descubran que no estuve secuestrada...

— Nadie podría aceptarlo de primera, obviamente se sorprenderán y creerían que se te zafó un tornillo. — ambas soltaron una leve carcajada — ... Sobre lo de no ver a tu familia, no lo aceptó. Tarde o temprano pasará.

— No trato de retrasar nada, solo quiero encontrar el momento indicado.

De solo imaginar que toca el timbre y ver a sus padres, no solo había un escenario, sino muchos. Con distintos finales luego de las explosiones sobre los días que no estuvo con ellos. ¿Cómo tomarían la noticia de saber que era la compañera predestinada de un hombre lobo, el Alfa?

Había muchas posibilidades, entre negativas y positivas.


Unida Incondicionalmente al Alfa | Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora