𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭

1.6K 94 51
                                        

Lamento haber hecho esto, la sangre está en mis manos.

≪━─━─━─━─◈─━─━─━─━≫

El chico del gorro en forma de corona estaba sentado solo en una de las mesas de la cafetería de la escuela. Observaba a los jóvenes pasar al frente de él, riendo y divirtiéndose. Algo que él no hacía.

Con la mirada veía fijamente a las personas tratando de ver cómo eran.

Al no encontrar lo que buscaba se paró de su asiento con su mochila en un hombro y se marchó de la cafetería, la escuela no era algo que le importaba sinceramente. Sólo iba y hacía lo que le pedían aunque no quisiera, aún así, había veces en las que se escapaba de la secundaria y esta seria una de esas veces.

Iba caminando por el pasillo directo hacia las puertas de la salida y de pronto escuchó un llanto de una chica. Se acercó al lugar se donde provenía ese sonido. Dió la vuelta en el pasillo y notó a una chica rubia tumbada en el suelo, con la cabeza escondida entre sus piernas y brazos.

— ¿Qué te pasa? —preguntó indiferente el del gorro.

La rubia volteó con sorpresa, al ver al chico negó con una sonrisa triste.

— Oh, nada. Solamente algo que me pasó hace unos momentos.

— Bien. —le restó importancia y se iba a dar la vuelta para salir de la escuela hasta que la voz lo detiene.

— Espera.

El pelinegro rodó los ojos y volteó nuevamente a ella. — ¿Qué?

— ¿Te piensas escapar? —preguntó algo sorprendida y confundida.

— No, pienso salir a la clase de manejo. —respondió sarcástico el chico.

La chica se paró de inmediato limpiándose las lágrimas que tenía, se acercó a él. — No es de buena educación ment... —el ojiazul la interrumpió: —No mentí, sólo fui sarcástico y ahora me tengo que ir.

Se dió la vuelta y abrió la puerta siendo seguido por la rubia.

— No puedes irte de la escuela. —le dijo ella alterada, bajando los escalones.

— Ya lo hice.

— Pues vuelve adentro. —le ordenó jalándolo del brazo, haciéndolo voltear.

Él se zafó de su agarré con brusquedad. — Concéntrate en tus asuntos, rubia, yo no me quedaré en la prisión para jóvenes. —respondió con enojo y frialdad a la vez.

— ¿Y a dónde irás? —lo siguió dispuesta a hacerlo volver a la secundaria.

— Aléjate.

— No. —negó ella caminando a un lado de él, pensó unos momentos. — ¿Cómo te llamas? —preguntó interesada.

El chico se giró viéndola harto. — ¿Por qué no vuelves al pasillo de la escuela y te pones a llorar nuevamente?

— No estaba llorando.

— ¿Entonces sudabas por los ojos?

𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora