🐿 Capítulo Veintidós 🐿

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Teorías, sé que tienes tus teorías

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Betty se encontraba en el Azul y Oro, quería acomodar algunas cosas para el siguiente proyecto.

El chico del gorro entró al salón, la rubia lo miró con una sonrisa.

— Hola, Jug. —saludó aún acomodando los papeles.

— Quería darte algo. —comentó el pelinegro caminando hacia ella.

Ésta alzó las cejas. — ¿Qué exactamente?

— Pues... Tenía miedo de que lo encontraras pero al parecer lo escondí muy bien. —confesó bajando algo detrás de ella.

Le entregó algo envuelto.

— También espero que te guste.

— Sé que lo hará. —dijo tomando el regalo, soltó una risa. — Envuelves muy bien, al igual que yo.

— Lo envolví bien porque te lo iba a entregar a ti. —admitió con un leve sonrojo en sus mejillas, tenía las manos metidas en sus bolsillos.

Era un regalo pequeño, venía en una pequeña cajita. Al desenvolver la caja la abrió encontrándose con un collar de cadenas, tenía un dragón de plata con un corazón de rubí. La chica abrió la boca impresionada y lo miró con brillo en sus ojos.

— Es hermoso, Jug. —sonrió con alegría y se lanzó a abrazarlo, al separarse siguió admirando el collar. — ¿Cuánto te costó? —preguntó con preocupación de que pagara mucho.

— Un poco más de cincuenta dólares no es mucho. —le restó importancia.

— Es demasiado, me hace quedar como si te hubiera regalado algo de un dólar. —agachó la cabeza apenada.

— Me encantó tu regalo, Betts. No importa cuánto cueste, lo importante es quién te lo da. —sonrió.

Betty asintió con una sonrisa, le entregó la cadena. — ¿Me lo pones?

Jughead asintió, la rubia se dió la vuelta haciendo a un lado su coleta. El ojiazul pasándolo por su cuello lo abrochó sintiendo su piel, odiaba no ser el chico que estuviera con ella.

— Listo. —avisó después de unos segundos.

Betty se giró, tomó el dragón entre sus manos. — Nunca me lo quitaré. —prometió mirando el collar, luego lo miró a él. — De verdad, gracias.

— Te tengo una sorpresa más. —soltó, sacó de su bolsillo otra cadena igual a la de ella. — Ese dragón es de la amistad que tenemos. Pero no te mentí si costó cada uno cincuenta dólares. —rió.

La rubia se quedó con la boca abierta, estiró su brazo queriendo tomar la cadena, Jughead alzó las cejas. — Tú me lo pusiste a mí, yo te lo quiero poner a ti. —ideó con una sonrisa, él se la entregó.

Y después de unos segundos la rubia terminó de colocarle la cadena.

— Me alegra que uses collar, muchos chicos no los usarían porque pensarían que son para mujeres.

𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐚𝐊𝐞𝐚𝐧𝐞 𝐅𝐚𝐫 𝐘𝐚𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora