𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Sesenta y Nueve 🐿️

Que es realmente loco

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Todos los chicos salieron de la comisaría, habían sido once chicos discutiendo con la policía para que liberaran a los seis que faltaban.

El pelinegro bajó los escalones a lado de su novia. — No puedo creer lo que hace la policía sólo para culparte. —soltó con sus manos en sus bolsillos.

— Creo que el oficial Winchester tiene un odio hacia mi. —comentó Betty haciendo una mueca, todo el grupo bajó hasta la acera de la calle.

— Lo bueno de esto es que ya no tenemos que volver a clases. —animó Verónica con una sonrisa. — Podemos hacer todo lo que queramos. —comentó con ideas en mente.

La otra pareja se miraron pensando que sería una buena idea. Pero también se vieron conteniendo otras ideas en mente, se dieron la vuelta para comenzar a irse.

Una mano jaló a la rubia regresando su vista al grupo. — Claro que no se van a ir. —negó Verónica con su dedo.

— Pero —ésta volvió a negar:— Nada de peros, B, vamos a pasar el día los... —la morocha comenzó a contar a sus amigos señalando a cada uno de ellos mientras murmuraba su número. — Los once juntos. —avisó cruzándose de brazos.

La rubia asintió rindiéndose. — Bien, la pasaremos juntos.

— ¡Excelente! —festejó aplaudiendo repetidas veces. — Iremos a nadar al río Sweetwater. —propuso para comenzar a caminar de vuelta a la escuela por el auto de su novio.

— Amor, el auto lo traje. —habló Reggie señalando a este, Verónica volteó notando que era cierto, sonrió para caminar en dirección a éste.

— Que buen novio eres al decirme. —agradeció tomando su mejilla como si de una abuelita se tratara, al separarse e ir al auto, el morocho se quedó con una mueca de disgusto mientras que sus amigos reían.

Rato después, autos y motos se encontraban llegando a las orillas del río de Riverdale.

— Me gusta el aroma del río. —admitió Cheryl inhalando el lugar mientras bajaba de su auto rojo. — Es reconfortante. —comentó.

— Este río trae buenos momentos. —la morena la tomó de la mano, Cheryl la miró con una sonrisa mientras asentía.

— ¡El último en meterse apesta a huevo podrido! —avisó Kevin mientras se quitaba su camisa. Rápidamente todos los chicos comenzaron a desabrochar sus cinturones.

Jughead se acercó a la rubia, la cual no se había ido con él en su moto. — Será mejor que te apresures. —aconsejó. Ésta rodó los ojos para quitarse su chaqueta e ir quitándose el pantalón.

El pelinegro se le quedó mirando con la boca abierta, lo hacía para distraerlo. Cuando volvió a la realidad, Betty ya se encontraba corriendo hacia el río.

— ¡Tramposa! —gritó para seguirla y meterse al agua después de ella.

Y así, todos los que faltaban se comenzaron a meter dejando hasta al último a la morocha del grupo. — ¡No es justo! —se quejó. — ¡Yo tengo tacones de diseñador! —excusó.