🐿️ Capítulo Veintisiete 🐿️

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Pero sigues corriendo, no sirve de nada correr

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Hola, mi nombre es Elizabeth Cooper y les contaré cómo es que he convertido mi vida en una mierda.

Todo empezó cuando entré a la secundaria. Pensé que sería increíble ya que tendría otra oportunidad de hacer amigos pero pues nada salió como lo esperaba, no logré conseguir a nadie. Al menos tenía a mi hermana, ella iba en tercer año y siempre fue mi mejor amiga. Literalmente hacíamos todo juntas, ella sabía mi problema con socializar por lo que siempre me juntaba con ella y sus amigas.

Tenía catorce años cuando me enteré que mi padre le era infiel a mi mamá, llegué un día tarde a casa porque habíamos salido Polly; mi hermana, y yo. Mis padres estaban discutiendo más bien peleando.

¡Me engañaste con una zorra! —le gritó mi madre. — ¡¿Cómo pudiste, Hal?!

¡Ella ha sido mejor que tú!, ¡sólo te preocupas por ti misma!

¡Me preocupo por mis hijas! —aclaró mientras lloraba. — ¡¿Qué pensarán ellas cuando se enteren de que su padre le fue infiel a su esposa?!

En ese momento mi hermana me miró con algo de pánico en sus ojos. — Calma, Betty, vamos a ir a tu cuarto. —explicó con algo de temblor en su voz. — Te dejaremos ahí y te cubrirás los oídos.

Tenía miedo en ese momento, no sabía qué estaba pasando, ¿por qué mi padre engañaría a mi madre? No estaba segura de nada y nos quería que mi hermana se quedara sola con ellos.

¡¿Qué hacen aquí abajo?! —gritó mi padre, nos había descubierto. — ¡Su madre y yo estamos hablando, suban!

Mi hermana me miró. — Sube, Betty, haz lo que te dije no importa lo que escuches, no vayas a bajar. —pidió. Yo no quería pero mi mente me hizo correr, no terminé de subir cuando oigo a mis padres gritar de nuevo.

¡No te quiero ver de nuevo!, ¡quiero que te largues de está casa!

¡Es mi casa, Alice! —le recordó mi padre. — ¡Si alguien se tiene que ir serás tú!

¡Bien, me llevaré a mis hijas! —avisó.

¡No lo harás!

En eso escucho que se rompe algo, parecía ser una lámpara. — ¡¿Qué te pasa, Hal?!

¡Mis hijas se quedarán aquí, tú te irás!, ¡si las quieres contigo tendrás que quedarte y ser una madre y esposa que sirva para algo!

¡Papá basta! —intervino Polly.

Fue ahí cuando oí un golpe, mis lágrimas salieron y traté de guardar silencio poniéndome la mano en la boca.

¡Hal! —gritó mi madre llorando, oí que se acercó a mi hermana. Asomé la cabeza y definitivamente fue así. Mi padre había golpeado a mi hermana.

¡No te metas, Polly!, ¡ninguna de ustedes se irá, se quedarán aquí!

Eso me hizo subir a mi habitación corriendo, los gritos siguieron pero ya no quería escuchar. Estaba en mi cama con la almohada en la cabeza pidiendo que la noche se acabara. Pero no lo hizo. Las discusiones seguían hasta que mi madre cedió ante mi padre, le dijo que haría lo que él quisiese a cambio de que no nos pasara nada a nosotras. Con el tiempo ella se fue transformando en él.

𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora