𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Veintiséis 🐿️

Cuando tocamos, sí, cuando tocamos

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Jughead sintió la luz del sol pegar en su cara, con algo de molestía abrió los ojos viendo lo iluminada que estaba su habitación. Volteó a un lado de la cama y notó a la rubia dormida, tapada con la sábana.

— Mierda. —maldició en un murmuro, se había acostado con su mejor amiga y la novia de su amigo. Aunque lo tenía que admitir, era lo que siempre había querido desde hace mucho tiempo.

Observó el rostro de la chica, se veía tan hermosa y tranquila durmiendo, sabía que no iba a ser lo mismo cuando se despertara.

No sabía qué hacer, si la despertaba iba a ser molesto para ella. Si se acostaba de nuevo se sentiría culpable. Si sólo la veía dormir no dejaría de pensar en lo que hicieron.
Se alarmó cuando la rubia empezó a removerse mientras abría los ojos.

Al abrirlos por completo, Betty miró al pelinegro con asombro.

— ¡¿Jughead?! —se sentó de un brinco sosteniendo la sábana. Se asomó por dentro de esta y lo miró asustada. — ¿Qué hemos hecho?

— Betty... —intentó calmar y sostener sus manos pero ésta se alejó.

— Engañé a Billy. —logró vocalizar pensando en lo que hizo. — ¡Soy como mi padre!, ¡yo no quería hacer esto!

— Wow gracias. —soltó sarcástico el pelinegro.

Betty negó. — Hablo de serle infiel a mi pareja, no quería ser como mi papá. Por dios, ¡me odio! —lo miró con sus ojos cristalizados. — ¿Por qué dejaste que esto pasara?

Jughead abrió los ojos. — ¿Perdón? Tú fuiste la que me besó a mi, sólo soy un chico no tengo la culpa de que mi amigo quiera algo.

— ¡Debiste pararlo! —exclamó.

— No te engañes, Betty, tú también querías esto tanto como yo.

— El problema es que yo tengo novio. —recalcó, se metió completamente en la sábana. — Billy me odiará por esto, mi vida se acabó.

El chico la tocó por arriba de la sábana en el hombro. — Billy no lo es todo, Betts.

Ella se destapó. — Jughead, si terminamos toda la escuela se va a enterar. Se van a dar cuenta que le fui infiel a mi novio con mi mejor amigo. —explicó molesta.

— ¿Quién dice?

— Yo. Por favor, la secundaria es un lugar de rumores que se transmiten rápido, son como bacterias.

El ojiazul se quedó callado por unos momentos, vió la ropa de ambos en el piso. Ellos tenían su ropa interior pero aún así era incómodo. Se levantó de la cama para ir por ella, al tenerla se la entregó.

— Creo que quieres vestirte. —supuso.

Betty tomó la ropa y se apresuró a ponérsela, cuando acabó se acercó a él. — ¿Debería decirle? —preguntó nerviosa mientras sus manos temblaban.