𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱

¿Me amarías más?

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Me llamó Jughead Jones, desde pequeño sé que soy un psicópata. Tal vez se pregunten porqué, les daré una rápida explicación de la historia de mi vida. Y para eso necesitamos volver en el tiempo.

Cuando tenía nueve años mi madre abandonó a mi papá, se llevó a mi hermana junto a ella a otro lugar y me dejó junto al alcohólico de mi padre. Pasé por una gran depresión y cada día sin falta me cortaba con una navaja en alguna parte del brazo. Mi padre quería a mi madre al igual que a sus dos hijos, pero los efectos del alcohol lo hacían sentir necesidad de sexo, por lo que le era infiel. Ella le dió muchas oportunidades pero un día, ya harta y de verdad lastimada, se fue.

Por eso odio a mi padre, él fue el responsable de que ella se fuera y se llevara a mi hermana. Pero cambió, durante un año completo empezó a ser un hombre nuevo, dejó el alcohol y consiguió un nuevo trabajo donde le pagaban demasiado bien, llamó a mi madre diciéndole que había cambiado y pidiéndole perdón al igual de que volviera. Lo hicieron, todo iba bien para mis diez años, éramos una familia feliz pero un día unos ladrones se metieron a nuestra casa y les disparó a mi hermana y a ella. Fue cuando mi mundo cayó.

Desde ese entonces tengo la costumbre de ser infeliz, no tener vida social e ignorar a mi padre. No tengo sentimientos ni emociones. A los once empecé a coleccionar animales muertos, era un fetiche que tenía. Pero eso no era suficiente, siempre tuve la sensación de querer matar uno yo mismo así que un día secuestré al gato de mi vecina y lo llevé al bosque. Ahí fue donde lo maté, le aplasté la cabeza con una roca y luego lo puse en mi colección de animales. Así siguió mi vida, matando y coleccionando animales. A mis doce años le pedí a mi padre de regalo un cuchillo de caza, era consentido desde que mamá murió, así que tenía todo lo que pedía. Con ese cuchillo maté más animales, cada vez más grandes. Mi padre fingía estar bien, pero sabía que por dentro estaba sufriendo con la pérdida de su esposa e hija.

Aún me cortaba pero no tanto como antes, tenía cicatrices por todo mi brazo, las cuales mi padre nunca las descubrió porque trabajaba hasta tarde y cuando llegaba se ponía a ver los programas que lo hacían reír.

Entré a Riverdale y me mantuve en un perfil bajo, seguí con mi vida como lo era desde hace unos años. Pero sentía que algo me faltaba, desde cuando tenía diez años me obsesioné con las películas y libros de asesinos en serie, era lo que me hacía querer matar animales, pero quería matar algo aún más grande.

Así llegamos a este último año de secundaria, ya tengo diecisiete pronto cumpliré los dieciocho. Me encontraba sentado en una mesa de la cafetería, observaba a las personas, las estudiaba para saber quién sería la víctima perfecta para poder matar. Me cansé de hacerlo así que decidí escapar de la escuela como ya lo había hecho muchas veces, un llanto me hizo parar, era Betty Cooper, fue lo que me dijo.

Al inicio no le tomé mucha importancia pero cuando me comentó que era alguien invisible en la escuela me llamó más la atención. Al contarme sobre su vida miserable supe que ella sería la chica perfecta para ser asesinada, nadie le tomaba importancia, no tendría muchos familiares triste cuando muriera. Era algo bueno, así que la escogí a ella. Sería la chica que fue asesinada antes de graduarse en la secundaria de Riverdale.

Así que fingí enamorarme aunque no se notara. El punto era invitarla a citas y acostarme con ella o al menos al estar a punto de hacerlo poder matarla, esa clase de afectos posiblemente si la harían creer que la quería. Pero había un problema; Billy. Si se enamoraba de nuevo de él no lo haría de mí, así que mi plan era alejarlos y estar más tiempo con ella para poder asesinarla.