𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Ocho 🐿️

¿Me esconderías cuando...

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Verónica iba empujando a la rubia por toda la banqueta hasta que pudieran llegar con el castaño.

— Vamos, Betty, no te pasará nada con sólo preguntarle. —alentó la morena.

— ¿Y si no quiere? —temió la rubia intentando huir pero era inútil, la latina tenía ventaja en ese momento.

— Nunca lo sabrás si no le preguntas.

La morocha siguió empujando hasta que ambas tropezaron y se tambalearon para no caer, las dos chocaron con el grupo de chicos al que iban. Para su suerte ambas fueron sujetadas por dos de ellos.

— Wow, ¿estás bien? —preguntó burlón un chico alto y de cabello oscuro a Verónica.

Ella se separó nerviosa. — Gracias, amm... —esperó a que le dijera su nombre.

— Reggie. —respondió con una sonrisa el chico.

— Gracias, Reggie. —asintió la latina con una sonrisa.

Mientras tanto Betty pasó por algo casi igual, excepto que la rubia si conocía a su salvador.

— Deberías tener más cuidado. —recomendó con una risa Billy, ayudando a la de ojos verdes a pararse.

Betty asintió avergonzada. — Lo sé, es sólo que veníamos platicando y tropezamos. —mintió con una sonrisa.

Otro castaño se unió a ellos. — ¿En serio? Yo vi que venían casi matándose. —comentó con una ceja alzada, esperando una explicación.

— No puedes argumentar nada si no te conocemos. —interfirió Verónica apuntándolo. Se acercó más a ellos. Verónica Lodge, un placer. ¿Cómo te llamas? —estendió su mano cortésmente.

— Kevin Keller. —respondió mientras depositaba un beso en sus nudillos. — Me encantan tus zapatos. —le guiñó un ojo.

— Gracias. —sonrió satisfecha. — Seamos mejores amigos. —pidió.

Kevin asintió. — Sería un honor.

Billy vió de reojo a Betty. — Bueno... ¿Nos van a decir la verdad?

— ¿Qué verdad? —fingió no saber la rubia.

— ¿Por qué venían matándose?

Verónica se acercó a la rubia. — ¡Oh es verdad! —actuó como si se acordara a lo que iban. — Betty tenía algo que preguntarte, ¿cierto? —miró cómplice a la más alta.

Ésta se quedó sin saber qué hacer por unos momentos mientras que Billy las veía confundido. Betty lo volvió a  mirar. — Sí. —aceptó finalmente. — Quería preguntarte si.. .—el castaño la miró con una sonrisa que la puso más nerviosa. — ¿Irías con Verónica a su fiesta el próximo sábado...? —preguntó incómoda y no siguiendo el plan.

— ¿Qué? —soltó Verónica sorprendida ante la invitación.

— ¿Qué? —concordó Billy frunciendo el ceño.