𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Setenta y Uno 🐿️

Me estoy riendo por fuera

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Las chicas se encontraban en la tienda de vestidos decidiendo cuál sería el mejor.

— Quiero uno rojo, TT. —soltó Cheryl a su novia revisando la sección de estos.

— Lo sé, amor. —asintió Toni buscándole uno, ambas se tenían que apoyar entre sí para buscarlos.

— Nadie va a utilizarlo. —comentó la pelirroja.

La morena asintió. — Porque te la pasaste amenazando a todos. —contó.

— Es porque es mi color, yo soy el rojo. Nadie más. —decretó con una sonrisa para seguir revisando los largos vestidos.

En otra parte de la misma tienda, las mejores amigas se estaban probando algunos, y calificando cada uno.

Verónica salió del vestidor. — ¿Qué te parece, B? —dio una vuelta para que lo viera mejor.

— El azul cielo no te queda. —negó con una mueca.

La morocha asintió. — Es lo que pensé, que bueno que estás aquí. —regresó al vestidor para probarse otro.

La rubia se puso en su teléfono para distraerse en cuanto le llegó un mensaje del pelinegro.

"¿Cómo te va?"

Ésta se asomó alrededor para ver si nadie la veía.

"Bastante bien creo, no me he tenido que probar ningún vestido"

"Ya quisiera verte con el puesto,
no puedo esperar a bailar
contigo y que todos me tengan envidia"— la rubia soltó
una risa.

"Me tendrían envidia mí, por lucir
bien como siempre"— presumió.

En eso la morena salió del vestidor con otro vestido puesto. — ¿Qué te parece? —volvió a preguntar.

Betty miró su celular.

"Luego hablamos, estoy ocupada calificando los vestidos de V"— avisó.

"Que horror, pero bueno adiós.
Te amo"— deslizó una sonrisa por sus labios al leer eso.

"Te amo"— correspondió para
bloquear su teléfono.

Volteó a su amiga nuevamente, la miró de arriba a abajo con una sonrisa. — Te ves estupenda. —confesó.

— Espero que a Reggie le guste. —deseó viéndose al espejo.

Betty se paró y de su asiento para avanzar hasta ella y ponerse detrás. — Si no le gusta es problema de él, te ves increíble. —aseguró.

— Eres la mejor amiga que puedo tener. —sonrió Verónica volteando a verla, ambas se abrazaron. — Pero... —la morocha se separó. — Ahora sigue conseguirte un vestido a ti. —avisó.