¿Me tomarías de las manos?
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— Te escojo a ti... Billy Mitman. —sonrió Betty.
— ¿En serio? —sonrió con esperanza y brillo en sus ojos.
La rubia asintió. — Sólo te quiero a ti, nada va a cambiar eso. —aseguró.
Éste acercó su rostro al de ella para dejarle un beso sobre los labios, que fue correspondido.
— Entonces... Betty Cooper. —alzó la ceja juguetón. — ¿Serías mi novia?
— Claro que sí. —aceptó la rubia llena de alegría al fin tendría la relación que deseó por mucho tiempo.
Mientras tanto Jughead llegó a su casa, se sentía mal, demasiado. Subió a su habitación como siempre y la vió, como si se tratara de un ataque empezó a destruir todo, lanzaba sus objetos y dejaba caer los cristales para que se rompieran.
Al haber destrozado su dormitorio se recargó frustrado y con lágrimas sobre la pared, estaba en la oscuridad pero su ventana dejaba ver algo. Soltó un suspiro recordando los que había hecho. De una forma nada normal le dijo a Betty que la quería sin ninguna palabra cercana a eso. Fue una declaración muy rara para él, se lo dijo retractando lo de asesinarla.
Lo único que quería era nunca haberla conocido para no haber pasado por eso, pero ahora tendría que sobrevivir a la pareja. Porque sabía que si la rubia no se quedaba con él, iría con el castaño.
Le dolía demasiado, hasta ahora se había dado cuenta que de verdad la quería no solo para sentir placer al matarla o en otra cosa, la quería con él, juntos contra todo.
Despertó debido a la luz del sol, se había quedado dormido mientras pensaba. Bajó hasta la cocina y se topó con su padre.
— Buen día, Jughead. —saludó con una sonrisa FP. El pelinegro lo ignoró.
Éste agarró un tazón para llenarlo de cereal y ponerle la leche. Se sentó al lado de la silla del adulto.
— Tenía pensado que fuéramos a jugar al billar. —comentó el mayor.
— Estoy ocupado. —acortó Jughead meneando con la cuchara su cereal.
— No te he dicho cuando.
— Nunca estaré desocupado para ti. —soltó, tomó su tazón y se marchó de la cocina para la sala.
Siempre se comportaba así con su padre, nunca le prestaba atención y cuando se lo encontraba en la casa trataba de no tener que dirigirle la palabra o siquiera verlo. Eso hacía sentir mal a éste por lo que intentaba de todo para que le hiciera caso. Nunca funcionaba y ya se estaba dando por vencido.
Jughead se sentó sobre el sofá y se dispuso a ver la televisión, tomó el control y la encendió.
Al día siguiente llegó a la escuela casi corriendo, ya iba tarde y tenía que entregar un trabajo junto a Verónica.
Ésta al verlo se apresuró a llegar con él. — ¿Por qué llegas apenas? Tenemos que entregar un ensayo que tú tienes. —recordó.
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𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮
Gizem / Gerilim𝐄𝐍𝐄𝐀𝐋𝐎𝐆𝐈́𝐀 "𝐈𝐈𝐊𝐒𝐅𝐘". 𝗟𝗶𝗯𝗿𝗼 𝗱𝗼𝘀; 𝕀𝔽 𝕀 𝕂𝕀𝕃𝕃𝔼𝔻 𝕊𝕆𝕄𝔼𝕆ℕ𝔼 𝔽𝕆ℝ 𝕐𝕆𝕌. 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗹𝗲𝘁𝗮𝗱𝗮 ¿Qué harías si averiguas los planes siniestros de la persona a la que amas?, ¿y qué harías si esos planes son sol...