𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Sesenta y Uno 🐿️

Despierta y sueña por ello

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[Ocho días después...]

— ¿En qué cambié tu vida preciosa? —preguntó Chuck coquetamente.

Betty se acercó hasta la parte donde este se encontraba, antes de entregarle su bebida, se encargó de meterle una pastilla Rohypnol, la cual se desintegró rápidamente.

Le entregó el vaso, y se metió al jacuzzi con el chico. — Les mostraste al mundo lo atractiva que soy. —soltó.

— Lo eres demasiado, baby. —asintió mirando sus pechos. Se lamió el labio disfrutando el momento. — ¿Quieres hacer algo más? —alzó las cejas.

La chica asintió, tomó su propio vaso para beber un poco. — Hay que brindar por nosotros. —pidió estendiendole este. Chuck tomó el suyo para chocarlo con el de ella. Ambos se limitaron a beber el líquido que tenían.

Betty sólo lo llevó al tacto de sus labios con una sonrisa.

[...Hace ocho días]

Jughead salió de su salón furioso, ya se había enterado del vídeo que el moreno publicó una hora antes.

Notó a sus amigos en el pasillo, se dirigió a ellos. — ¿Saben dónde está?

— Hey, Jughead. —saludó Verónica para no hablar del tema.

— ¿Cómo te fue amigo? —preguntó el morocho, el ojiazul bufó.

— ¿Dónde está? —repitió serio.

La morena suspiró rendida. — Seguramente en los vestidores. —supuso, señaló a estos.

Jughead asintió para caminar a la puerta que lo llevaba ahí. — ¡Chuck! —gritó al entrar.

— No puede ser. —se quejó en murmuro el mencionado. Se giró para ver al chico. — ¿Pasó algo? —preguntó haciéndose el inocente.

— ¡Tú sabes qué pasó! —soltó avanzando hasta él. Lo empujó hacia los casilleros con fuerza.

Chuck se había asustado un poco pero, sin embargo, se intentó separar del casillero. Jughead lo volvió a empujar obligándolo a quedarse ahí.

— ¡¿Por qué lo hiciste?! —preguntó furioso.

— No sé porqué te pones así, si ya ni es tu novia. —soltó Archie molesto.

— ¡No necesita ser mi novia para defenderla! —le respondió sin mirarlo. El pelirrojo rodó los ojos.

Chuck seguía acorralado, lo único que tenía era una toalla puesta. No era lo mejor para iniciar una pelea. — Cálmate, Jughead, sólo es para que el mundo conozca lo que puede hacer esta rubia en el caño. —sonrió.

El pelinegro lo volvió a empujar, en eso la puerta se vuelve abrir.

— ¡Idiota! —gritó la rubia entrando.