🐿️ Capítulo Ochenta y Dos 🐿️

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Sí, yo sé que es difícil de recordar
La gente que solíamos ser
Es aún más difícil de imaginar
Que no estas aqui a mi lado

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Las chicas del grupo se encontraban en la mansión Thornhill para arreglarse para el baile de graduación. Ya habían hecho su ceremonia el día anterior y ahora iban a disfrutar esa noche.

Betty se estaba mirando en un espejo con el vestido puesto y el cabello arreglado en un chongo no tan perfecto pero lucía bien. Se puso de perfil mientras se acariciaba el vientre apenas notando el pequeño bulto que tenía, pasó saliva pensando el momento de contarle a su novio.

Escuchó unos leves toques en la puerta de su cuarto. — Adelante. —permitió aún sin saber de quién se trataba.

Verónica se asomó con preocupación en su mirada, pasó a la habitación para ponerse atrás de la rubia, mirándola por el espejo. — ¿Estás bien? —preguntó.

Ésta se giró para suspirar.

— Tengo miedo. —admitió volteando la cabeza para volver a verse.

— Mira el lado bueno. —pidió la morocha. — Jughead no se dará cuenta que subiste de peso, los hombres son muy ciegos para eso. —animó.

Betty sonrió levemente. — ¿Reggie vendrá por ti? —preguntó acomodándose mejor el vestido rosa.

— Sí, y Jughead por ti. —asintió. — Y recuérdalo.

— No decirle nada hasta que se acabe el baile. —completó la rubia recordándolo a la perfección.

Verónica asintió.

Se escuchó el timbre de la mansión, ambas cruzaron miradas preguntándose quién ya habría llegado.

— ¿Quién será? —preguntó Betty.

— Iré a ver. —avisó para salir por la puerta, Betty se giró de vuelta al espejo para pararse firmemente, intentando creer que nada malo pasaría, que nada arruinaría su noche.

Se acarició el vientre. — ¿Tú qué opinas, niño? —lo nombró así en esos días, aunque no sabía cuál era el sexo del bebé. — ¿Crees que tu padre te vaya a querer? —preguntó intentando no quebrarse, inhaló aire para no llorar.

— ¡Betty, Jug ya llegó! —gritó Verónica desde la planta baja.

Ésta suspiró por última vez. — Te prometo que sin importar qué, te querré, y tu papá también. —asintió sin saber la verdad, se limpió una lágrima que caía por su mejilla para darse la vuelta y bajar.

Tomó su bolso y salió por la puerta de su cuarto, asegurándose de emparejarla.

En ese mismo momento, los de pelo azabache se encontraban abajo esperando a la rubia. — ¿Luce bien? —preguntó Jughead a la morena.

— Hermosa. —corrigió con brillo en sus ojos. — Tienes suerte de tenerla. —sonrió con amabilidad.

— Lo sé. —suspiró Jughead sintiéndose demasiado mal.

En eso, subió la mirada al sentir que su chica estaba bajando por las escaleras. Y así era, Betty bajaba mientras se agarraba del barandal y la cola de su vestido se deslizaba por los escalones. Tal y como en una película de princesas.

Sonrió cuando ésta llegó hasta él. — Te ves hermosa. —comentó haciéndola bajar la mirada apenada.

— Y pensé que tú no podías ser más romántico. —confesó subiendo la mirada. — Luces bien con traje, Juggie. —admitió.

𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora