𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Treinta y Uno 🐿️

Sabes que eres tu propio asesino

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Despertaron cuando el sol salió y su luz le dió en la cara.

— Buen día. —sonrió Jughead tiernamente viendo el rostro de la rubia.

— Buen día.  le regresó. Ambos se levantaron del suelo. — Creo que hoy no iremos a clases.

Jughead se fijó en la hora. — Son las ocho, faltan cuarentena y cinco minutos para que inicien. —avisó.

Ella hizo un puchero. — No quiero ir a clase, las personas me odian. —negó.

— Tienes que enfrentar tus miedos o si no nunca podrás volver a ser la misma de antes. —soltó acariciando su mejilla. — Vamos a la escuela, Betts.

Betty asintió.

Se apresuraron a ir a la casa del chico para darse una ducha rápida y comer algo. Lo malo era que ahí no tenían ropa para ella.

— ¿Qué me pondré? —alzó las cejas.

— Pues vienes en pantalón, aquí dejaste tu sostén por lo que te puedes poner tu camisa nueva. —sugirió mientras le entregaba la ropa, Betty la tomó y enseguida se vistió.

Se miró en el espejo, lucía bien pero muchos la criticarían por llevar la camisa de su amante al colegio, un día después de que todos se enteraran.

— ¿Hay algo más que me pueda poner, como un suéter o chaqueta? —alzó las cejas, Jughead pensó por unos segundos hasta que se acordó de algo.

Se acercó a su clóset y sacó la chaqueta de cuero que Verónica le había regalado en navidad.

Se la entregó y Betty se la puso. — Bien, ya nos podemos ir. —se fijó en la hora, sólo quedaban siete minutos. — No creo que alcancemos.

— Nos iremos en el auto de mi padre. —avisó saliendo del cuarto, cuando bajaron tomó las llaves que estaban a lado de la puerta del garage.

— Pensé que tu padre estaba en un viaje de negocios.

— ¿Piensas que sólo tiene un auto? —la chica asintió, pero él negó. — Tenemos tres, y una moto pero no creo que te quieras ir en ella. —supuso.

Betty pensó. — Sería más rápido en moto. —comentó. — Nos iremos en ella.

Jughead soltó una pequeña risa burlona, ella lo miró confundida. — Está bien, Cooper. —asintió.

Abrió la puerta con el control y sacó la motocicleta, seguido de eso se subió y le estendió el casco, tardó un poco en tomarlo pero lo hizo.

— Solamente ve lento. —pidió mientras se subía detrás de él chico.

— Oh, no, no, no. —negó burlón. — Es mucho más peligroso si vamos lento. —aseguró. Betty algo confundida se sujetó de la cintura del pelinegro, aferrándose a él.

Trás eso, partieron a la secundaria. En el camino la rubia se puso a pensar en todo lo que le estaba sucediendo, si bien había hecho algo mal se sentía bien. Se sentía libre, con Jughead podía hacer lo que quisiera sin importarle, él era la persona que necesitaba y de eso estaba segura.