𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Treinta y Cuatro 🐿️

Mirando de vuelta con tus ojos

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— ¿Me amas? —preguntó mirándola directamente a los ojos.

Betty se sorprendió, se alejó un poco del chico para estar en una mejor posición, adecuada para el momento.

— ¿Por qué lo preguntas? —alzó las cejas confundida y nerviosa.

— Billy me dijo que te amaba, me sentí menos al saber que él te quiere más que yo. —confesó contándole lo que sucedió. — Por eso quiero saber si me amas, o si lo amaste a él.

La rubia soltó un suspiro. — Amar es una palabra muy fuerte. —repitió las palabras de aquel castaño.

Jughead asintió algo deprimido, aunque él no quería oír eso. Al menos lo esperaba, quería saber si ella lo amaba, si algún día podría hacerlo.

— Es una palabra muy fuerte en este momento. —terminó, el pelinegro la miró de nuevo. — En este momento no te puedo asegurar si te amo o no. Eso llegará a su tiempo, pero por ahora te quiero, me gustas. —sonrió tomándolo de la mejilla.

— También tú me gustas, Betty Cooper. —aseguró Jughead para acercarse a su rostro y besarla suavemente.

Al separarse la rubia suspiró. — Soy novia de mi ex asesino. —soltó burlona. — ¿Está mal? —preguntó.

El ojiazul negó. — Tal vez un poco, pero nadie sabe que te quería matar. Eso ya es del pasado, ahora ni siquiera pienso en hacerlo. —admitió.

— No quiero dejarlo en el pasado, tu anterior yo es el que me conquistó. El Jughead asesino es al que necesito, me gusta el psicópata. —explicó.

— ¿El Jughead ilegal? —frunció el ceño divertido, Betty asintió.—No puedo ser ese, Betts, no ahora que estoy contigo.

La rubia asintió rendida, se acurrucó más en él para ponerle play a la serie de nuevo. Ambos se quedaron viéndola hasta que quedaron dormidos abrazados, tapados con la manta que la chica tenía desde la tarde.

Cuando el chico despertó ya era de madrugada, soltó un bostezo y miró a su novia dormir en su pecho.
Sonrió con ternura mientras le acariciaba su cabello, volteó hacia la televisión y la apagó.

Giró de nuevo hacia la rubia, ésta seguía dormida pero se removía por los movimientos del chico.

— Sé que estás dormida y que no me escuchas. —habló en murmuró. — Pero me siento celoso de que tu ex te ame y yo apenas te quiera. —soltó con una risa.

El pecho de Betty subía y bajaba por su respiración, el pelinegro miró atentamente su rostro. Soltó un suspiro aún haciéndolo.

— Me cambiaste, Betts...

Con cuidado se levantó del sofá, le puso un cojín debajo de la cabeza para que no estuviera incómoda. Se acercó a su rostro para dejarle de nuevo otro beso. La rubia sonrió al sentir sus labios, pero no era consciente de lo que sucedía afuera.

— Te amo, Betts. —admitió con una sonrisa. La cargó entre sus brazos y avanzó hacía las escaleras para subir a su habitación. Al llegar la dejó sobre la cama donde ella se acomodó.