🐿️ Capítulo Setenta y Ocho 🐿️

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Desde nuestra ruptura

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Ambos se seguían besando sobre el sofá, se necesitaban y era su oportunidad de finalmente poder tener algo de intimidad, ya que siempre se la pasaban muy ocupados esos días como para estar juntos.

Jughead se encontraba distraído, escribiendo en su computador sobre cualquier cosa que le llegara a la cabeza sobre aquella rubia.

Mientras que por su parte, Betty lo que hacía era trabajar la mayoría de la semana mientras hablaba con sus amigos, siempre después de la escuela por lo que no podía estar con su novio. Y después del trabajo iba directo a su casa por lo cansado que era, aunque había veces que en sus días libres, sus amigas se llevaban al centro comercial a pasar un tiempo de chicas.

Pero cuando no tenía planes y quería pasar su día con Jughead, éste le decía que estaría ocupado por lo que se la pasaba en su cama comiendo todo tipo de azúcares mientras veía la televisión o estaba en el teléfono.

Ese día era el primer que tenían juntos, y lo disfrutarían. Jughead se movió un poco para bajar del sofá mientras la sostenía, cuando se logró parar sosteniéndola, se apresuró en subir a su habitación.

Cuando llegaron a ésta, la recostó sobre la cama y se posicionó sobre ella sin dejar caer todo su peso. Con su mano empezó a acariciar su muslo desnudo a causa del mini short que llevaba puesto.

Se seguían besando, separándose breves momentos para poder recuperar su aliento perdido, en una buena causa obvio.

— Extrañaba esto. —confesó Betty en un suspiro lleno de excitación.

Jughead le estaba besando el cuello haciéndola soltar cientos de éstos. — También yo. —gruñó éste sin parar de besarla. Llevó una de sus manos a un pecho de ésta para apretarlo levemente.

La rubia se separó con un quejido, éste se detuvo.

— ¿Qué pasa?, ¿te lastimé? —se preocupó apartando su mano de ahí.

Ella negó. — No, sólo he tenido algunas zonas sensibles estos días. —le restó importancia, Jughead la miró a los ojos, le encantaba que se preocupara por ella. — Estoy bien. —asintió.

— ¿Segura? No te quisiera lastimar. —confesó, Betty le acarició la mejilla.

— Sólo no seas tan salvaje esta vez. —pidió, Jughead asintió para volver a besarla en los labios, esta vez cuidando de no lastimarla con sus manos. Aún así, no iba a poder resistirse por mucho tiempo, y en unos minutos de nuevo jugó con sus pechos, incomodando a la chica. — Alto, para. —pidió. Éste se apartó confundido.

Betty se sentó sobre la cama. — Si quieres podemos dejarlo para otra ocasión. —permitió Jughead sentándose a un lado de ella.

— ¿Eso quisieras? —preguntó.

— Quiero que te sientas bien a la hora de tener sexo, no quiero lastimarte. —comentó. Betty asintió suspirando. — Ven aquí. —pidió éste abriendo sus brazos para que la abrazara.

La rubia al estar a punto de abrazarlo sintió unas terribles ganas de vomitar, como si las náuseas hubieran aparecido en el peor momento.

𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora