𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮

🐿️ Capítulo Veintiocho 🐿️

No necesitas ayuda con eso

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Él se preocupó por mi, fue cuando las cosas ya se estaban rompiendo poco a poco. Esa tarde en el río Sweetwater fue la que nos separó, nuestros secretos salieron, más los de él.

— No entiendo porqué nadie me quiere, siempre intento dar lo mejor de mi. Y parece no ayudarme en nada.

— Yo te quiero, Betts. —ese apodo me hacía sentir mejor conmigo misma, sólo lo que proviene de él. Si alguien más lo dice no se siente lo mismo.

— Mientes. Cada vez que nos hacemos más cercanos te alejas como si no te importaran mis sentimientos, luego se repite todo. Tenemos una amistad tóxica, Jughead.

Esa conversación fue la más sincera que tuvimos, y la que arruiné por lo que creía.

— Lo sé, créeme que lo sé. Quisiera ser tu amigo y no tener complicaciones pero no puedo, Betty... — verlo así me partía el alma. Él quería llorar y no sabía cómo sentirme.

— Si me alejas es porque no lo quieres de verdad.

— Si lo quiero, Betty. En serio lo quiero pero...

— ¿Pero qué?

— No quiero lastimarte...

Después de esa tarde fue cuando me mudé con los Mitman, no lo hice con Verónica porque en ese momento estaba molesta con ella.

En poco tiempo sería la fiesta que ella preparó para mí. Cuando llegamos pude ver a Jughead sentado, y una parte de mi quería que me viera junto a Billy. Después de un rato lo ví bailar con una chica de cabello rosa, cielos, me sentí tan molesta que decidí irme a sentar con mis amigos. Verónica se acercó a recordarme el plan.

Me llevé a Billy al bosque, le confesé mis sentimientos mientras lloraba. Pensaba que ese sería mi último día de vida, nos besamos y después tuvimos una conversación sentimental sobre los que yo tenía que decidir.

Luego apareció Jughead y mi mente me hizo decidir algo de lo que yo no estaba segura. Me sorprendí por lo que dijo.

— No te voy a matar, Betty Cooper. No puedo hacerlo.

Cuando llegó hasta mí sentí mi respiración pesada, pero no entendía por qué.

— No entiendo qué me estás haciendo, Betts. No me gusta lo que me haces sentir.

— Tampoco me gusta lo que tú me haces sentir. —era verdad, sentía algo pero no sabía qué. Luego comprendí.

— ¿Qué te hago sentir?

— Miedo y seguridad. Me haces sentir segura cuando no debería, tendría que sentir miedo pero no lo hago. Después pasó lo mismo que con Billy, la conversación de con quién me quedo, eso que no podía decidir si no estaban los dos al mismo tiempo. — No, no quiero hacerlo. —dije llorando, me estaba haciendo decidir.

— Tienes que hacerlo, escoje a uno de los dos.

— Te quiero, quiero estar junto a ti.