🐿️ Capítulo Treinta 🐿️

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No necesitas ayuda con eso

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Betty se quedó en silencio, eso había sido más duro de lo pensó.

— ¿Qué? —preguntó dólida.

— Terminamos, Betty, no podemos seguir juntos después de lo que me hiciste. Creo que ya lo esperabas. —explicó con un tono frío.

Ella asintió aguantandose las ganas de volver a llorar, se acercó más hacía con la esperanza de que no se alejara.
— Sólo te quiero decir que siempre te amaré. —prometió.

Billy negó. — Ya no me mientas, Betty, ambos sabemos que eso no es cierto.

— ¿Podemos al menos ser amigos?

— Lo pensaré cuando se me pasé el enojo, pero será en mucho tiempo. —avisó mientras evitaba mirarla.

Betty asintió, el chico se dió la vuelta para irse pero paró para volver a verla.

— Te dejaré seguir viviendo en la casa sólo porque soy buena persona, pero ya no tendré contacto contigo.

Ahí la rubia supo que lo había arruinado, la amistad que tenía con el aquel castaño se había acabado. Todas las risas y momentos que tuvieron se habían hecho en recuerdos tristes.

En ese momento no quería ver a nadie ni mucho menos hablar, caminó abrazada a sí misma por el frío que había. Las calles eran solitarias y sólo alumbraban las luces amarillas. Estaba rota, llorando. Tenía a la persona que quería después de tanto tiempo pero a qué precio. Perdió a una persona valiosa y se odiaba por eso.

Se sentó en una banca que estaba en la calle, ahí fue donde todo su llanto salió. No podía regresar a la casa de los Mitman tan pronto, tampoco quería quedarse ahí por lo que hizo. Ni quería regresar a su casa, su padre seguramente la mataría.

Sintió a alguien sentarse a su lado pero no le tomó importancia hasta que una mano se posicionó en su hombro.

La rubia volteó. — Hey... —saludó con una sonrisa triste su mejor amiga. — ¿Quieres un abrazo? —estendió los brazos para que aceptase.

Betty se lanzó a abrazarla mientras seguía llorando.

— Soy una terrible persona, Verónica. —lloró en su hombro. — Engañé a Billy con mi mejor amigo.

— Ambas sabíamos que te gustaba Jug, Betty. —consoló .— Pero debiste terminar con él antes de besarlo.

Betty se apartó. — Ese es el problema, no sólo nos besamos. —informó con sus lágrimas y maquillaje corriendole por la cara. — El día que se fueron nos... Acostamos. —la morocha abrió los ojos sorprendida. — Y no fue lo único, también nos metimos a la ducha juntos. ¡Soy una mala persona!

— Pero lo amas, ¿no? —supuso.

— Amar es una palabra muy fuerte para este momento. —repitió las palabras que le había dicho el castaño.

Verónica negó. — Pero hay relaciones que te hacen amar rápido.

— No se puede saber hasta que llevas tiempo, yo creí que amaba a Billy...

𝐈𝐟 𝐈 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐝 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐅𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora