16. Las malas decisiones

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Barbara ya estaba en casa de James cuando yo llegue, fue incluso ella la que abrió la puerta de la cabaña. Todo se regía según las instrucciones de James, que básicamente eran no dar un solo paso en la gran mansión, entrar por la puerta lateral directo al patio y luego a su cabaña.

Sus padres tenían una enorme casa, en realidad era del nuevo padre de James en la cual su mamá y él tuvieron que mudarse cuando ellos se casaron y luego su madre se embarazó de Harper. Para el cumpleaños número catorce de James, su padrastro había enviado a re confeccionar la casa de patio que usaban para juegos y almacenar cosas que no necesitaban. Era tan solo una habitación y un baño que James había decorado como cualquier chico de su edad, en una especie de departamento de soltero con un mini bar incluido. Esto no lo sabía porque James me lo dijera sino porque Barb había llegado a contarlo hace tiempo cuando empezamos a ser amigas y nos había invitado a su casa y James estaba allí. Fue así que Molly conoció a Nolan y a su vez solo por ello fue que pude conocer la cabaña al fondo de la casa de James.

Barbara me informo que James todavía no había llegado pero que su mamá nos daba permiso de ir decorando todo el parque como quisiéramos. Honestamente parecía el tipo de mamá totalmente despreocupada, ni siquiera salió una sola vez de su casa a espiar que era lo que estábamos haciendo y mucho menos darnos algún consejo de no beber alcohol como haría mi madre. No entendía porque James se había rehusado tanto a hacer una fiesta aquí. Su casa era prácticamente perfecta y sus padres demasiado accesibles con él, muy distintos a los míos. A decir verdad los míos lo eran en el sentido de dejarme invitar a Seth a dormir, mamá siempre tuvo la teoría de que no sería prohibitiva con el sexo si de todos modos podríamos hacerlo en cualquier sitio, así que prefería que estuviera en casa a salvo. Eso era lo único que agradecía de mis padres, en lo demás eran demasiado exigentes y yo nunca podía cumplir sus expectativas.

Después de preparar todo afuera, aproveche mi tiempo a solas en su cabaña para poder saber más de él ¿Qué puede decir más de alguien que su habitación?

Trofeos en un aparador, bolsas vacías de papas en su escritorio al lado de su computadora. No había ni una sola foto enmarcada ni de su equipo ni de su familia, era simples paredes vacías de un tono azul.

Me siento en su cama y presiono con mi mano el edredón, por un momento tengo curiosidad de husmear que habrá en su mesa de cama ¿Sería como esos chicos que tiene condones en el primer cajón, listo para una situación? Me pongo roja de solo pensarlo, en cómo alguien averiguaría eso en una situación normal y no como una fisgona.

¿Qué habría querido decir con que no vio a nadie quejarse de mí usando vestidos? No me había importado mucho que podría significar pero después de eso fui los días restantes a la escuela en vestido pese a qué ya tenía mi ropa deportiva y de que los días ya empezaban a ser más fríos. Él no dijo nada, ni siquiera sentí que se había fijado en mi, excepto por esa tonta nota y la mirada que me dio en el auditorio. Me sentí tonta otra vez, nunca había echo eso con Seth, si él lanzaba un cumplido por como lucia, yo solo decía gracias y no podría recordar ni una sola de las vestimentas que le hayan gustado. Éramos amigos ante todo y nunca me había demorado a pensar en ello. Con James era diferente, sobreanalizaba cada palabra que decía hasta volverme loca. Nunca podía entenderlo, era dulce y luego tosco hasta repetir el ciclo.

–Pensaba que la fiesta sería afuera y no en mi habitación –su voz me toma desprevenida.

James estaba parado debajo del marco de la puerta en su ropa deportiva y su bolso al hombro. Las gotas de sudor habían empapado su cabello y algunas aún estaban impregnadas en su frente, y aún así no podía dejar de verlo como la cosa más hermosa.

–Yo solo estaba...–intento excusarme pero me había atrapado sentada su cama pensando en él. Mis mejillas rojas mucho antes de que estuviera allí, seguramente ahora parecían arder.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora